Octubre 2017
ALG: ¿Qué cambios o innovaciones puso la empresa en marcha en el camino hacia la igualdad de género? ¿Cómo ayudó el Sello de Igualdad de Género a lograr estas transformaciones?
En Argos hemos generado un cambio organizacional a partir del reconocimiento de la necesidad de trabajar en pro de la diversidad, promoviéndola de variadas maneras que no solo reflejan la voluntad, sino una actitud determinada por transformarnos en una compañía más equitativa e incluyente.
Algunas de las acciones que hemos desarrollado para ello son: la creación de nuestras políticas de Diversidad e Inclusión y de Equidad de Género (hace alrededor de 5 años), la inclusión de mujeres en cargos que históricamente han sido ocupados por hombres como Conductoras de Mixer, Oficiales de Mantenimiento, Técnicas de laboratorio, Operadoras de Báscula; y la inclusión de hombres en cargos en cargos históricamente feminizados como el de la labor secretarial; la licencia de maternidad extendida, el retorno gradual al trabajo después de la maternidad; la promoción de la coparentalidad, el programa de liderazgo para la equidad, la dotación diseñada para hombres y para mujeres; las salas de lactancia y espacios de parqueadero para mujeres en estado de gestación, el teletrabajo, entre otros.
Hoy podemos decir con gran orgullo que nuestro trabajo ha logrado generar un reconocimiento que agradecemos profundamente, pero más aún y para nosotros es lo primordial, ha logrado llevar un mensaje a nuestro entorno y demostrar que no solo es posible, sino también que vale la pena. En gran medida el sello ha reafirmado nuestro compromiso con la equidad y ha contribuido en la rigurosidad de nuestras acciones por medio de una excelente metodología y herramientas que aportan a la gestión de las diferentes dimensiones en las que podemos trabajar la equidad.
ALG: ¿Qué ha ganado la empresa con estas transformaciones hacia la igualdad?
Más que cifras de productividad, rentabilidad u otros indicadores propios de los modelos económicos, lo que más hemos ganado como empresa es en coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Esto se refleja en hechos reales que dan cuenta de lo importante que son las personas para la organización y de que sí es posible crear empresas y sociedades más justas e incluyentes.
Hemos logrado, por ejemplo, romper con paradigmas mentales colectivos sobre roles en hombres y mujeres, sobre la condición de la edad o de la fuerza física. En Argos, cualquier persona cuenta con las condiciones, la confianza y las mismas oportunidades para ocupar un cargo. No tenemos posiciones exclusivas para hombres o mujeres, sino para personas capacitadas y con las competencias necesarias para desempeñarse en ellas. Así mismo, hemos cerrado brechas salariales importantes porque reconocemos que la remuneración debe ser consecuente con las responsabilidades y funciones del cargo y no con el género.
ALG: ¿Cuáles son los desafíos más importantes que ha enfrentado la empresa en el camino hacia la igualdad? ¿Cómo lograron superarlos?
Vale la pena mencionar que la equidad de género es un asunto que debe involucrar e importar a todos los actores y trabajar por ella nos convertirá en una mejor sociedad. Precisamente el desafío ha sido romper con paradigmas y estereotipos, ya que muchas de las industrias manufactureras han sido masculinizadas y, por lo tanto, la participación y el empoderamiento de la mujer en estos sectores de la economía son una deuda histórica que debemos corregir.
Nosotros hemos querido acabar con esos paradigmas y darnos la posibilidad de cambiar nuestra propia historia, porque creemos en el poder de la diversidad y la inclusión, porque debemos ser consecuentes con lo que pensamos y decimos y porque estamos seguros que una sociedad mejor es posible.
ALG: ¿Qué recomendaría a otras empresas que están a punto de embarcarse en este camino? ¿Cuál es la receta del éxito?
Considero que el principal reto que en general tenemos como empresas y también como ciudadanos es hacernos conscientes de que contamos con grandes oportunidades de construir una mejor sociedad para nosotros y para las futuras generaciones, que somos responsables de provocar cambios y que sólo la determinación y la constancia los hará posibles.
Este asunto no es diferente a ello, es un tema de respeto por el otro, de reconocernos en la diferencia y de promoverla como una fuente que agrega valor y real ventaja competitiva. Es un tema de todos y no compete exclusivamente a las mujeres, este es un asunto de derechos humanos y de construcción de sociedad.
Biografía:
César Mejía es Ingeniero Administrador de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Minas de Medellín. Es especialista en Gerencia del Desarrollo Humano y en Estudios Políticos de la Universidad EAFIT y realizó la especialización para Expertos Latinoamericanos en Relaciones Laborales de la Universidad de Castilla, La Mancha, Toledo – España; la Universidad de Bolonia, Bolonia – Italia; y el Centro de Formación OIT, Turín – Italia.
Actualmente se desempeña como gerente de Gestión Humana y Administrativa de Argos para la Regional Colombia y ha sido Consejero Técnico Delegado de Empleadores en la Conferencia Internacional del Trabajo OIT, en Ginebra, Suiza, en los años 2007, 2008, 2009, 2014, 2015 y 2016.