La Ley busca hacer posible que toda persona menor de edad, tenga una filiación legal. Exige a los varones hacerse una prueba de ADN en caso de que se opongan a la inscripción de una hija o hijo con sus apellidos. También promueve la toma de conciencia, en la sociedad, de las responsabilidades derivadas de la paternidad. La paternidad responsable no sólo supone la dotación de ayuda económica para la manutención de una criatura, sino que implica compromisos afectivos y participación en la guarda y crianza de un hijo o hija. Este aspecto implica importantes transformaciones culturales encaminadas, sobre todo, a responsabilizar a los hombres de su prole.

Necesidades:

• El número de nacimientos de niños y niñas sin reconocimiento voluntario y legal, por parte del progenitor, era muy alto. • Existencia de una gran brecha de género en la atención, el cuidado y la crianza de hijas e hijos. • Modificar el aprendizaje social sobre lo masculino y lo femenino para evitar el papel meramente proveedor de los padres en las familias.

Precondiciones:

A pesar de carecerse de diagnóstico preciso, políticamente se puso de relieve el problema del embarazo adolescente y la magnitud de los niños que nacían sin reconocimiento paterno. Ello presionó a la clase política a tomar la decisión de aprobar la iniciativa, aún cuando hubo oposición de varios sectores e instancias públicas y privadas, por lo precipitado y costoso de la iniciativa. Se ha podido comprobar, posteriormente, que no se requería de tal inversión pública para lograr que el porcentaje (30%) de padres que no reconocían a sus hijos e hijas, disminuyera. Hoy, el laboratorio creado para las pruebas de ADN, está subutilizado.

Logros:

• Mejorar la construcción del proceso social e histórico que la paternidad responsable implica. • El Documento de Lineamientos de Políticas para el Fomento de la Paternidad Responsable • Incorporación de una política institucional, en el INAMU, para el logro de la equidad de género y el fomento de la corresponsabilidad en la crianza de niños y niñas. • Contar con una Secretaría Técnica comprometida con el enfoque de género y la sensibilidad generacional y de derechos. • El fortalecimiento de la Comisión de Paternidad Responsable, como grupo motor que incorpora diversas instancias y especialistas, para la reflexión sobre el tema. • Creación, en instituciones como la CCSS, MEP y CONARE, de comisiones internas. • Planes de trabajo institucionales (MEP y UCR). • Alta demanda de información y materiales para profundizar en el tema de la paternidad responsable, tanto a nivel institucional como de la sociedad civil. • Creación de vínculos institucionales que favorecen la comunicación y la transmisión de información.

¿Cómo se logró?:

• Mediante una propuesta de ley elaborada por un grupo de nivel estatal, compuesto por la Defensoría de los Habitantes y el Instituto Nacional de las Mujeres, con participación del movimiento de mujeres. • El Poder Ejecutivo envió dicha propuesta al Congreso en un período en el que tenía potestad para determinar las prioridades legislativas; se hizo lobby y se logró su aprobación.

¿Quiénes lo hicieron posible?:

• Defensoría de los Habitantes, Dirección de la Mujer. • Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU). • Mujeres feministas a título personal.

Fortalezas y debilidades:

FORTALEZAS: • Responsabilidad compartida en la crianza de niñas y niños. • Cambios culturales en el ejercicio de la sexualidad masculina. Los hombres se cuidan más de las consecuencias de sus prácticas sexuales. • La mujer es la que indica quién es el padre de su hijo y así se inscribe. Si el hombre considera que el bebé no es suyo, debe someterse a un examen de ADN para demostrarlo. • Disminuir sensiblemente los procesos judiciales de investigación de paternidad. • Mayor responsabilidad de los hombres, y de la sociedad en general, respecto de la paternidad. • Desde el año 2003, el porcentaje de nacimientos registrados como de «padre desconocido» ha decrecido de 30 por ciento al 10 por ciento, en Costa Rica. • Avance hacia la eliminación de una discriminación impuesta sobre las mujeres con hijas e hijos procreadas/os fuera del matrimonio. • Menos niñas y niños costarricenses que no contaban con el reconocimiento paterno, ni con el sustento económico del padre. • Reconoce que la paternidad no es solo un hecho biológico, sino también un fenómeno histórico y sociocultural que se produce en el marco de las relaciones de género, étnicas, de clase, generacionales y discapacidad particulares. • El procedimiento para tramitar todas las acciones de filiación es más breve y oral. Se evita la recurrencia de prácticas dilatorias por parte de los presuntos padres y • Mejora para las madres la carga económica de la crianza. DEBILIDADES: • No se dio discusión ni participación ciudadana en el diseño de la iniciativa. Tampoco hubo diagnóstico preciso, previo. • La cadena de custodia exige la presencia de ambos progenitores, y de la niña o niño en el momento de tomar las muestras de sangre, lo que promueve la revictimización de muchas mujeres y su falta de asistencia a la prueba. • Recortes presupuestarios e institucionales afectaron el desarrollo de los planes de trabajo de los organismos involucrados. • Falta de interés gubernamental en su aplicación y en la temática de la paternidad responsable. • Las acciones institucionales derivadas de la Ley carecen de un respaldo legal de exigibilidad, especialmente a nivel presupuestario. • Hay roces entre el contenido de la Ley y los derechos de los niños y niñas. Es más una ley de protección a las mujeres que a los niños y niñas.

¿Qué aprendimos?:

• Debe realizarse diagnóstico preciso, previo. • Ha de promoverse la participación de actores vinculado a la equidad de género pero también la de aquellos vinculados con la protección de los derechos de los niños/as. • Debe valorarse las necesidades tecnológicas existentes en el país y la mejor forma de fortalecerlas para que cumplan con sus responsabilidades y faciliten el proceso de reconocimiento de padres y madres. • La irresponsabilidad en la paternidad es una cuestión compartida por mujeres y hombres, en donde la socialización de género pesa mucho sobre ambos sexos, no sólo sobre el masculino.

Organización:
Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU)

Contacto:
Mayra Díaz, Presidenta Ejecutiva del INAMU

País:
Costa Rica

 

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