En esta intervención deseo abordar la siguiente cuestión: cómo debemos entender el espacio público quienes promovemos un proyecto democrático radical. La alternativa es concebirlo como un espacio de deliberación y búsqueda de consensos, o bien como un espacio de confrontación agonística. Mi argumentación se divide en tres partes. Después de presentar el marco teórico que orienta mi propuesta y de esbozar las premisas de mi enfoque agonístico, establezco, en un segundo momento, una distinción entre mi concepción del agonismo y la que propone Hannah Arendt. Al final expongo algunas de las consecuencias que esas dos diferentes perspectivas agonísticas tienen para la política feminista. |
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