En diversas entrevistas realizadas a dirigentes de partidos del amplio espectro político del país, estos han señalado que no hay más mujeres electas porque ellas no quieren estar en política, porque ellas prefieren dedicarse a la familia o porque ellas consideran que este es un ámbito que no les es atractivo. De esta forma, se asume que el problema estaría en las mujeres y su falta de vocación política.
Sin embargo, los estudios y el trabajo con distintos actores políticos realizados por PNUD Chile, muestran de manera contundente que eso no es así.

 

 

Por Elizabeth Guerrero Caviedes, PNUD Chile.

En diversas entrevistas realizadas a dirigentes de partidos del amplio espectro político del país, estos han señalado que no hay más mujeres electas porque ellas no quieren estar en política, porque ellas prefieren dedicarse a la familia o porque ellas consideran que este es un ámbito que no les es atractivo. De esta forma, se asume que el problema estaría en las mujeres y su falta de vocación política.

Sin embargo, los estudios y el trabajo con distintos actores políticos realizados por PNUD Chile, muestran de manera contundente que eso no es así, que lo señalado arriba no explica el que seamos uno de los países con menor presencia de mujeres en el parlamento (15,8% tanto en el Senado como la Cámara de Diputados) o que solo un 12,5% de los alcaldes sean mujeres. En la cumbre realizada sobre Mujeres y Poder organizada por ONU Mujeres en Chile, Carmen Chacón lo planteaba de manera clara: «el problema de la desigualdad de las mujeres está en el mismo sitio, el prejuicio, el estereotipo y el machismo».

Los partidos: el cuello de botella

En efecto, la evidencia en el país muestra que una de las principales barreras para la participación política de las mujeres son los propios partidos políticos. Las mujeres no están porque los partidos no nombran a mujeres candidatas. El informe Auditoría a la Democracia del PNUD (2014), muestra que desde el año 1989 (Año de la primera elección parlamentaria desde el retorno a la democracia), los partidos políticos han nominado en promedio un 15% de candidatas mujeres. Asimismo, en las últimas elecciones locales, solo el 14,4% de los candidatos fueron mujeres.

En esa perspectiva, la incorporación en la Ley de Reforma al Sistema electoral binominal -que rige para las elecciones parlamentarias- de una norma de paridad de género en las candidaturas es sin duda un gran avance. Esta norma mandata a los partidos políticos para que en sus listas de candidatos ningún sexo pueda superar el 60% ni estar por debajo del 40%, con una sanción poderosa como es no poder inscribir la lista.

El PNUD Chile ha aportado a la discusión de las reformas políticas de los últimos años y en particular a la definición de la norma antes señalada, a través de la generación de datos y argumentos para incidir en los tomadores de decisiones. Ha establecido alianzas con distintas organizaciones de mujeres y se ha posicionado como un referente en estos temas, siendo invitado a participar en las Comisiones que han discutido estas leyes. Este posicionamiento se ha logrado a través de la elaboración de estudios oportunos a los momentos políticos que vive el país y gracias a la seriedad de la información que se genera. Frente a cada discusión de reforma política, hemos contado con las estadísticas y argumentos necesarios para proponer indicaciones que aseguren una igualdad de género en los proyectos de ley. Así por ejemplo, respecto de la Ley de Partidos Políticos, actualmente en discusión, establecimos una alianza con organizaciones de mujeres y aportamos datos para promover una indicación sobre la necesidad de una medida de paridad en las listas para las instancias directivas de los partidos.

Las mujeres sí tienen interés en la política

Otro dato contundente da cuenta de que las mujeres sí se interesan por la política: más del 50% de los militantes de partidos son mujeres, y ellas sí están disponibles y son notorias en las tareas vinculadas a las campañas políticas, pero parecieran hacerse invisibles cuando se trata de buscar candidatos.

Consciente de esta realidad, el PNUD reconoce también que para las mujeres la política es un ámbito que les ha sido tradicionalmente ajeno y que se encuentran fuera de las redes de poder, lo que sin duda dificulta su llegada a altos cargos. Solo el 20% de los integrantes de las Mesas Directivas de los partidos son mujeres, lo que no solo limita sus posibilidades de incidir en las decisiones partidarias, sino también en la definición de las candidaturas.

Por ello, una estrategia permanente de trabajo ha sido el fortalecimiento de capacidades de las propias mujeres, a través de actividades de formación en liderazgo. El año 2012, en conjunto con SERNAM realizamos Escuelas de Formación de Mujeres Líderes a lo largo del país, previo a las elecciones municipales. Participaron 500 mujeres, de las cuales un 36% fueron candidatas en la elección municipal de ese año. Desde el año 2013 apoyamos la Escuela de Formación Política y Social para Mujeres Jóvenes de Comunidad Mujer. Desde el año 2015 esta Escuela es organizada en conjunto. En la última versión participaron 60 mujeres jóvenes entre 18 y 24 años, pertenecientes a federaciones de estudiantes de educación superior, organizaciones sociales, entidades políticas formales e informales, con la finalidad de fortalecer y proyectar su liderazgo político y social desde y con un enfoque de género.

La agenda de trabajo 2016 y 2017

En el país el año 2016 habrá elecciones municipales y el 2017 parlamentarias. En esa perspectiva, la apuesta de PNUD Chile es continuar contribuyendo en las dos líneas que ha venido trabajando. Por un lado, la incidencia en las normas que rigen el sistema democrático, promoviendo que se propongan mecanismos para asegurar la nominación de mujeres en otras elecciones como las de alcaldes y de concejales (que tienen sistemas electorales distintos al parlamentarios), así como en las normas que regulan a los partidos políticos (actualmente en discusión) y de financiamiento, para asegurar que también en este ámbito se contemple el apoyo a la mayor participación de mujeres. Por el otro, mantener el trabajo de formación de mujeres jóvenes y generar una estrategia de identificación y apoyo a mujeres posibles candidatas para las elecciones venideras.

 

 

 

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