En un contexto emergente, respuestas efectivas que marcan la diferencia

Una emergencia toca las puertas del 2020 y pone en alerta al mundo; las noticias de la pandemia en la región resultan cada día más preocupantes; y es necesario resistir y vencer al nuevo virus, como se conocía al inicio de su surgimiento. En Cuba, desde el mes de enero, es elaborado y puesto en marcha el Plan de Prevención y Control al Coronavirus, que involucra a todos los sectores. Como aspecto clave: la participación intersectorial, integral y de cooperación, para la solución de problemas de salud. Cada organismo elabora su plan, lo implementa, le da seguimiento diario; y rinde cuenta.

 

Indicaciones y medidas de prevención, así como de protección socioeconómica, son anunciadas; al tiempo que los consejos de defensa provinciales y municipales son activados; y todo ello “mano a mano” con la acostumbrada participación de las organizaciones que agrupan a trabajadoras y trabajadores, a las mujeres, a la juventud, a las comunidades.

 

Desde el 11 de marzo, momento en que se detectan los primeros tres casos positivos, de manera progresiva se activan los espacios informativos y de intercambio con la población. La transparencia en la información a la población, es factor clave para su involucramiento activo e informado, contribuyendo a evitar la propagación.

 

En este proceso, lo esperado: las experiencias de cooperativistas en Cuba ganan espacio en la tele nacional y local; en las redes sociales. El liderazgo de las mujeres y las acciones género responsivas multiplican las voces de quienes colaboran y brindan su solidaridad para mejorar la salud y la vida de las personas y familias que más lo necesitan, las más vulnerables. Para el Programa de las Naciones Unidas (PNUD) en la isla, es un gran orgullo  conocer que entidades productivas certificadas con el Reconocimiento IGECSA (Igualdad de Género para la Gestión con Calidad de la Seguridad Alimentaria), o que implementan proyectos locales OIGA CC (Optamos por la Igualdad de Género en la Adaptación al Cambio Climático), han sido de las primeras en responder con sus aportes para paliar los impactos de la COVID-19.

 

PNUD Cuba hace parte de la arquitectura de la respuesta global del Sistema de las Naciones Unidas; activa en sus prácticas la política del Secretario General de la ONU relativa al impacto del COVID 19 en las mujeres; y trabaja en la oferta de apoyo establecida por PNUD para todos los países. Las primeras acciones ya se implementan:

 

  • El Fondo Mundial ha aprobado la reprogramación de 584 mil USD, para ampliar las capacidades de diagnóstico de los laboratorios regionales y fortalecer el control de infecciones en centros de atención a pacientes y en laboratorios regionales. PNUD Cuba, como Receptor Principal de los proyectos del FM en el país, implementa estos fondos.
  • La Oficina accedió al mecanismo Rapid Response Facility. Estos fondos son destinados a ampliar las capacidades de diagnóstico, a fortalecer la capacidad de gestión de las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), del Estado Mayor General de la Defensa Civil (EMNDC) y de los Consejos de Defensa priorizados durante el enfrentamiento a la pandemia, así como a ampliar el alcance de la campaña de comunicación para promover conductas responsables.
  • Varios proyectos comienzan a revisar sus planes de trabajo y a reprogramar fondos, apoyando la protección del personal que participa en el proyecto y se mantiene laborando; al tiempo que ponen sus capacidades al servicio de la respuesta a la pandemia, en particular con la producción de alimentos, aunque no únicamente.

Todo ello se realiza con acciones género responsivas ante la emergencia y la recuperación, garantizando la integración de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y con el objetivo último de no dejar a nadie atrás para lograr el desarrollo sostenible.

 

IGECSA vuelve a ser noticia: acciones género responsivas multiplican los resultados ante la COVID-19 en Cuba 

En una entrevista realizada para Lentes de Género del PNUD me referí a que la Estrategia de Género del Sistema de la Agricultura en Cuba reconoce IGECSA como una iniciativa innovadora, generadora de cambios, que potencia, desde la coordinación entre las diferentes asociaciones del sector, hasta el empoderamiento de mujeres y el protagonismo de los hombres a favor de la igualdad. En los momentos actuales en que vivimos complejas condiciones, que nos encontramos en una lucha diaria para enfrentar la COVID – 19, que -como explicado por las autoridades de salud y del gobierno- nuestro propósito es quedarnos en el escenario más favorable de la afectación de la pandemia al país, …resulta muy relevante que un buen número de cooperativistas de entidades certificadas con IGECSA estén mostrando cuan decisivo es su aporte. Para la alimentación, para cuidar de sus trabajadores y trabajadoras; pero sin dudas, desde la protección a las mujeres, con la ruta clara sobre la igualdad, sin dejar de continuar dando muestra de altruismo y solidaridad, para privilegiar al ser humano, su salud, su desarrollo. Esta es la esencia de lo que hemos logrado -y que seguimos impulsando- en cuanto a cambios en los sistemas de gestión de las organizaciones que implementan la experiencia del sello de género”. Con estas palabras, la emoción y el compromiso de siempre, Ada Cuesta, Coordinadora del Comité Nacional de IGECSA nos cuenta a Genera.

La Dirección de Desarrollo perteneciente a la Empresa de Aseguramiento y Servicios, EAS del Minag, que tiene la certificación IGECSA desde 2018, de conjunto con la Dirección de la EAS ha tomado diferentes medidas de protección que incluyen la entrega de nasobucos o mascarillas, desinfectantes, geles antibacteriales, jabón, servilletas para la protección de sus trabajadoras y trabajadores, como forma de minimizar el riesgo de contagio. También, en correspondencia con lo dispuesto en nuestro Código de Trabajo, la totalidad del colectivo laboral, 5 mujeres y 3 hombres, han modificado sus condiciones laborales transitando al trabajo a distancia, peculiaridad esta que permite la atención a niñas, niños, personas de la tercera edad de la familia que se encuentran en casa. No olvidamos insistir en los mensajes de la corresponsabilidad en el hogar, de prevenir y enfrentar posibles manifestaciones de la violencia de género que pudieran ocurrir ante las tensiones en la familia, como señalara Teresa Amarelle, Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas. Pero prefiero dar espacio a compartir los ejemplos y aprendizajes de nuestras cooperativas certificadas con el reconocimiento IGECSA. 

Las páginas que siguen dan fe de lecciones que pueden servir de estímulo a otras entidades de la Comunidad de Práctica del Sello, y también dentro del propio  país, más allá de IGECSA, respecto a cómo trabajamos en los ejes temáticos 3 y 4 (conciliación familiar y laboral y ambiente laboral y salud, respectivamente) y cómo nos hemos activado frente a la pandemia. Con ello concluye la entrevista realizada por PNUD a “Adita”, como cariñosamente es conocida en el sector y quien está documentando el accionar de las ya 13 entidades certificadas en el país con el sello IGECSA.

La cooperativa Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Luis A Leal, al buen decir cubano, “sigue con la guardia en alto”. Perteneciente al municipio Jiguaní, en Granma, una de las provincias del Oriente cubano, con la colaboración del Programa de Apoyo Local a la Modernización Agropecuaria en Cuba (proyecto PALMA liderado por el Ministerio de la Agricultura, MINAG), implementó IGECSA y alcanzó el Reconocimiento “Nos comprometemos con la Igualdad” hace 5 años. Luego de ratificar esta certificación del sello de género, y como muestra de la mejora continua, sigue dando señales sobre su vocación humanista, de solidaridad y de su accionar por la salud de sus trabajadoras y trabajadores; y hoy es ejemplo a seguir en el desempeño de medidas y acciones para hacerle frente a la COVID-19, durante la prevención, la emergencia y para una recuperación temprana.

Para asegurar la protección de sus trabajadores y trabajadoras, se le entregaron a cada uno cuatro nasobucos de forma gratuita; y velar y exigir por su uso es una prioridad. La concientización y experiencia alcanzada en el desarrollo de los planes de acción para la igualdad de género les favoreció cumplir, con inmediatez y de forma creativa, las medidas orientadas por el país respecto al horario laboral y apoyo al cuidado. En correspondencia, los trabajadores y trabajadoras, y el campesinado integrado en la cooperativa, disfrutan de los beneficios del horario flexible; se realizan acuerdos laborales con la junta directiva y la asamblea respecto a la jornada y sin afectaciones económicas al personal; se asegura combinar las acciones del cuidado, las tareas productivas y el necesario distanciamiento (un metro) entre las y los que laboran en la cooperativa. Para quienes tienen niñas y niños de escuela primaria, círculo infantil y escuela especial, en particular las mujeres, o bien están trabajando a distancia o bien se acogen al beneficio de recibir el 100% del salario por realizar las acciones del cuidado durante el enfrentamiento a la COVID-19 en este primer mes. Las trabajadoras y trabajadores, así como las y los campesinos que tienen a su cargo el cuidado de personas ancianas, tienen un horario de trabajo hasta las 12m y con la flexibilidad necesaria para la protección personal y de su familiar; no es un secreto que quienes más están a cargo del cuidado son las mujeres, y esto les ayuda a conciliar sus roles productivos y reproductivos.

La actividad productiva es prioridad estratégica. El cumplimiento del plan de leche y la comercialización en el municipio de 870 kg de ganado ovino, además de permitirle apoyar la cotidianidad de sus trabajadores y trabajadoras, resulta de relevancia para la alimentación del pueblo y contribuir a hacerle frente al COVID-19 en un contexto económico de la provincia que no escapa a los desafíos y las tensiones de la economía nacional.

Similares acciones son realizadas por la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) José Rosabal, igual en Jiguaní y quien también comparte el orgullo de haber recibido y ratificado el Reconocimiento de IGECSA en su primer nivel. Luego de cumplir con el plan de vianda acordado con el gobierno para el consumo estatal y servicios públicos clave, su accionar está focalizado en apoyar la producción de alimento para enfrentar la COVID-19. Son de destacar las donaciones que realiza semanalmente a un hogar materno con la entrega de 50 libras de fruta bomba y 50 libras de yuca; y el suministro de viandas y frutas, también con frecuencia semanal, a un comedor comunitario que hay en la zona donde radica la CCS, y con ello apoyan la elaboración del almuerzo a los ancianos y ancianas que viven en núcleos familiares de un solo miembro.

La CCS Ramón Balboa, en la provincia central de Sancti Spíritus, también reconocida con el Nivel I de IGECSA, figura entre aquellas que primero brindaron solidariamente sus donaciones.  En poco menos de un mes, se han realizado donaciones a tres Centros de Aislamiento (lugares activados por el país en respuesta a la pandemia) entregando 5,2 toneladas de yuca, plátano burro, plátano fruta, malanga, boniato, calabaza, tomate, ají, puré de tomate, pulpa de mango y aves…. Como responsables de este gesto estuvieron 14 hombres y 9 mujeres. También se trabaja en las comunidades en la atención a familias vulnerables y a los grupos de riesgos, en particular a personas ancianas, niños y niñas, y mujeres embarazadas; y 37 mujeres son reconocidas por su protagonismo al apoyar en los desafíos identificados por las comunidades ante el QuédateEnCasa. Mención especial para las 13 mujeres que confeccionaron 300 nasobucos para ser entregados de forma gratuita como parte del accionar de las brigadas de la Federación de Mujeres Cubanas y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Brigadas FMC- ANAP).

 

A la vez, 98 brigadistas integradas por mujeres y hombres están trabajando en las comunidades en el reforzamiento de las medidas higiénico sanitarias y de aislamiento de todas las personas con vista a que la mayor cantidad de personal se mantenga en sus casas. Y obligado mencionar que 4 familiares del personal asociado a la cooperativa, en estos momentos, están en la primera línea de respuesta como personal de la salud: una doctora, dos enfermeras y un trabajador de seguridad y protección. El reconocimiento y apoyo brindado por la cooperativa a estas familias es otra muestra de la relevancia que tiene la línea 5 de IGECSA en la gestión de la CCS, para una mejor conciliación familiar y laboral.

Activas las iniciativas OIGA CC de Basal

Optamos por la Igualdad de Género en la Adaptación al Cambio Climático (OIGA CC) es la iniciativa que distingue y acompaña el desarrollo del componente de género en el proyecto Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local (Basal). En próximos números de Genera compartiremos resultados y aprendizajes de este proyecto, que es liderado por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) y el Instituto de Geografía Tropical (IGT) del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA); acompañado por el Ministerio de la Agricultura (MINAG); implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); y financiado por la Unión Europea (UE) y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). “Sin embargo, en momentos en que están a prueba nuestra capacidad de prevenir, enfrentar, responder y recuperarse ante la COVID, se abren paso los aprendizajes que nos dejan las iniciativas OIGA CC”, expresó a Genera Juan Mario Martínez, del Instituto de Geografía Tropical y director de Basal.

Al igual que un gran número de cooperativas del país, la mayoría de las 37 cooperativas apoyadas por Basal están escribiendo historias muy similares a las 7 que hemos seleccionado para esta nota; y todas destacan por aplicar prácticas y tecnologías agropecuarias para la adaptación al cambio climático.

Del occidente cubano, comenzamos con la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Frank País, del municipio Güira de Melena, de la provincia Artemisa, y que es una de las “Cooperativa Escuela para la Adaptación al Cambio Climático” del proyecto. Además de haber incrementado sus áreas de siembra y sus producciones para contribuir con la demanda de alimentos en la etapa de enfrentamiento a la COVID 19 y como estrategia para la etapa de recuperación; de asegurar las medidas de protección indicadas (como el uso de nasobucos por sus trabajadores y trabajadoras, el mantenimiento de la distancia en los surcos y espacios laborales, y la desinfección de superficies); y de velar por la seguridad alimentaria de sus trabajadores y trabajadoras; … la cooperativa continúa reforzando su apuesta por el empoderamiento de las mujeres rurales en sus espacios productivos.

Su Mini-industria San Miguel, creada con el proyecto y que ha contribuido a reducir las pérdidas de los picos de cosecha de las producciones agrícolas de la cooperativa y de la región del Sur de Artemisa, presta especial atención a su fuerza laboral, compuesta por 20 mujeres y 10 hombres. Luego de haber favorecido el empleo de mujeres en los diferentes eslabones de producción y en la gestión económica y de calidad de la Mini-industria, hoy la cooperativa reconoce con gran satisfacción su protagonismo y sus relevantes contribuciones productivas. Estaban creadas las condiciones para ello, basta con conocer la historia de una de sus más inspiradoras directivas, la muy querida Lourdes Pérez Garriga, vicepresidenta de la CCS Frank País, y que nos compartió sus experiencias en Mujeres exitosas. Claves de protagonistas de la sostenibilidad alimentaria en tiempos de cambio climático: link:

 

Sin lugar a dudas, reconocimiento especial para las donaciones realizadas por esta cooperativa, que han sido destinadas a centros de salud del territorio y a hogares maternos y de personas ancianas. El valor asciende a 36,500 CUP, incluye carne de cerdo, viandas, hortalizas, granos, frutales y productos de la Mini-industria San Miguel, con las producciones intensificadas de más de 10 tipos de productos terminados a partir del procesamiento tomate, mango, guayaba, piña, fruta bomba, ajo, y hortalizas diversas.

En segundo lugar, también del occidente, y con la distinción de que son encabezadas por mujeres, sobresalen la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Julito Díaz, del municipio Consolación del Sur, provincia Pinar del Río, y CCS Ciro Redondo, del municipio Martí, provincia Matanzas.  En ambas cooperativas, que destacan por promover la participación activa de las mujeres en todas las labores productivas y de gestión de las fincas, constituyen ejemplos de que OIGA CC y la integración de las compañeras constituyen, además de dimensiones de justicia social, una buena estrategia económica de sus planes de negocio.

En la CPA las mujeres ya constituyen el 41% del personal asociado a la cooperativa; con su apoyo y protagonismo se han modificado los planes de siembra para priorizar los cultivos de ciclo corto y con ello responder a la emergencia de la COVID 19 y la demanda de alimentos; se han intensificado las labores de preparación de tierras y se vela por la conservación del suelo, poniendo a prueba los aprendizajes generalizados por el proyecto Basal a través de implementos y prácticas ambientalmente sostenibles; y como ejemplo, la Finca escuela La Esperanza, que afanada en la cosecha de frutas y viandas ha priorizado el destino de sus producciones a abastecer a los mercados  del municipio con beneficios directos para la comunidad en un contexto donde, por el distanciamiento en casa, acercar los alimentos a la familia es de primer orden. En la CCS, y en particular la Finca Tres Hermanos, bien reconocida por sus aportaciones al movimiento de Cooperativas Escuelas de Basal, la responsabilidad social no espera a un “después”. Luego de ampliar sus áreas de siembra de cultivos de ciclo corto, en pocos días y mediante un intensivo esfuerzo de mujeres y hombres cooperativistas, parte de estas producciones, así como importantes aportes de huevos de la cría de aves, están siendo donadas. El destino, los Centros de Aislamiento de la zona, que como ya expresamos son lugares donde el país, y con el liderazgo del sistema de salud ha dispuesto la prevención, atención y protección de personas contactos o con sospechas de ser positivas al virus.

En tercer lugar, y no por ello menos relevante, el hacer de las cooperativas que implementan proyectos locales OIGA-CC como medidas afirmativas para cerrar brechas de género en sitios del sector agropecuario que han protagonizado el proyecto Basal.

 

  • La CPA Amistad Cuba – Países Nórdicos, activa los resultados de su iniciativa “Cultivos Semiprotegidos: un espacio de OIGA-CC en Güira de Melena”. Mediante la brigada de mujeres capacitadas por Basal en temas de Género y Cambio Climático y algunas incorporadas por primera vez al trabajo asalariado, 20 hectáreas son destinadas al cultivo de maíz de la variedad TGH con el objetivo de sustituir importaciones y con ello descongestionar la carga económica que representa la compra de alimentos en otros países.
  • La CCS Evelio Rodríguez, del municipio Jimaguayú de la provincia Camagüey, a través de su proyecto local “Finca Escuela La Victoria: OIGACC para el fortalecimiento de capacidades de productoras y técnicas de la cooperativa” destacan por dedicar sus horas laborales -y otras personales que brindan voluntariamente- para la cosecha y la elaboración de productos para la alimentación de la comunidad y el abastecimiento del mercado de la zona donde radican.
  • Las mujeres de la CCS Romarico Cordero, del municipio Florida, y las pertenecientes a la CCS 26 de Julio, de Jimaguayu, ambas de Camagüey y beneficiadas por el proyecto local “Autonomía económica y liderazgo de las mujeres para la Adaptación al Cambio Climático en el sector agropecuario”, han destacado por el apoyo que brindan al sector salud. Las primeras, priorizan la entrega de leche y viandas, al personal de la salud que trabaja en las áreas aledañas a las cooperativas, y con ello reconocen el extraordinario esfuerzo de este sector, a la vez que está altamente representado por mujeres. Las de la 26 de Julio, y en particular de la Finca El Renacer han realizado una donación de conservas de vegetales para la atención al personal médico del policlínico de la comunidad y para grupos vulnerables que este personal atiende, resultado que ha sido posible al aprovechar las capacidades creadas en la finca de dos casas de posturas tipo túneles, y la pequeña fábrica que existe en la finca, para la elaboración de conservas, y donde las mujeres tienen una activa participación.

Con la mirada en la recuperación

La emergencia y el enfrentamiento a la COVID -19 son también una oportunidad para contribuir al desarrollo sostenible; y de ahí el llamado a sistematizar buenas prácticas, a mantener, más allá de la pandemia, las experiencias que mayores resultados socioeconómicos reporten a los centros de trabajo, a la comunidad y al país.

Como apuntado por PNUD en su “Nota Técnica: Los impactos económicos del covid-19 y las desigualdades de género. Recomendaciones y lineamientos de políticas públicas” https://www.americalatinagenera.org es importante que las medidas que se tomen sean conectadas con estrategias de financiación alineadas con los esfuerzos más amplios de los gobiernos para financiar los ODS y estar orientadas a frenar posibles retrocesos en el cumplimiento de la Agenda 2030.

En correspondencia, y como cierre abierto para el “continuar haciendo”, Julia Muriel, Directora de Cuadros del MINAG, expresó a Genera:

“La Estrategia de Género del Sistema de la Agricultura en tanto política del MINAG, también continúa activa en medio del enfrentamiento al nuevo coronavirus. Todo los que se está haciendo desde nuestras cooperativas, empresas, instituciones de investigación, responden a ella; porque constituye el marco político que orienta, incentiva y apoya a las instituciones, organizaciones y entidades del Sistema de la Agricultura, en la gestión por la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres vinculados al sector agropecuario, forestal y tabacalero. A veces no lo visibilizamos en nuestras rápidas notas online, o en las entrevistas, pero está en nuestros corazones y es lo que guía nuestras prácticas”. 

“Por eso, en medio de esta respuesta integral de todo el país, hemos seguido trabajando, y está a punto de concluir Una caja de herramientas de apoyo a la implementación de la Estrategia.  Esto lo hemos hecho con el apoyo de OXFAM y PNUD y en alianza con un equipo de especialistas en género. Esperamos que sus 8 instrumentos ayuden a dinamizar los resultados de la estrategia, que nos permitan mejorar cada vez más nuestra respuesta a emergencias como la de la COVID-19, para que siempre, todo lo que hagamos, sea parte del lema de la propia estrategia, aprovechando las oportunidades de la Tierra fértil para la igualdad y aportando al alcance de los Objetivos del Desarrollo Sostenible en nuestro sector, y en el país”.
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