La capacidad de romper las reglas y hacer las cosas de forma diferente parece ser la piedra de toque para promover el empoderamiento de las mujeres en los negocios agropecuarios, transitando de modelos empresariales familiares a enfoques de negocios a escala. Éste es uno de los temas de debate del conversatorio denominado “Los nuevos escenarios y desafíos para las mujeres agropecuarias”, evento realizado este 18 de febrero de manera conjunta por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (CADEX), Fundación Iguales y el Grupo CREA Mujeres Agropecuarias en la ciudad de Santa Cruz.

El evento contó con la presencia de más de medio centenar de mujeres representantes de diferentes sectores empresariales, autoridades del municipio y representantes de organizaciones que trabajan por la igualdad de las mujeres. Este espacio permitió el análisis colectivo sobre el aporte actual de las mujeres en el sector agroalimentario cruceño y los desafíos que existen en el futuro inmediato, en un contexto aún marcado por la emergencia sanitaria.

La búsqueda permanente de innovar y plantear soluciones heterodoxas al desarrollo económico emergente de las actividades agrícolas es quizás una de las potencialidades más evidentes del concurso de las mujeres en esta área. La Representante Residente del PNUD en Bolivia, Luciana Mermet, aseguró que los nuevos escenarios requieren acciones disruptivas que generen transformaciones de fondo en la concepción de rol de la mujer como actor económico.

“La participación de las mujeres en el sector agropecuario requiere fortalecerse, no solo desde la perspectiva de aporte como mano de obra poco calificada y de sostenimiento de las unidades familiares productivas, sino también como participantes activas, lideres reconocidas que toman de decisiones y están decididas a transformar toda la cadena productiva”, indicó Mermet.

Experiencias como CREA Mujeres Agropecuarias son iniciativas disruptivas que buscan pasar de los enfoques tradicionales a nuevos modelos, potenciando los recursos y conocimiento de las mujeres, en igualdad de condiciones que sus pares hombres.

“Desde el PNUD queremos apoyar a lograr cambios sistémicos y una transición ecológica e inclusiva para el sector agropecuario boliviano. Este gran desafío se alinea con nuestra solución emblemática de igualdad de género, que apunta a reforzar el empoderamiento económico y el liderazgo de las mujeres”, concluyó.

En Bolivia, el sector agropecuario es la segunda actividad económica que emplea más mano de obra y donde casi tres de cada diez trabajadores son mujeres, que además de ser productoras, también tiene responsabilidades de cuidado dentro de la familia. Sin embargo, cuando se habla de retribución o paga por su trabajo en el campo, siete de cada diez no reciben ningún salario.