Gland, Suiza, 29 de enero de 2020 (UICN) – La destrucción de la naturaleza a menudo conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales, la violencia doméstica y la prostitución forzada, según un nuevo estudio de la UICN publicado hoy. La competencia por recursos cada vez más escasos y degradados está exacerbando estas formas de violencia, según el estudio.

“La degradación ambiental afecta hoy nuestras vidas de maneras que son cada vez más imposibles de ignorar, desde los alimentos hasta nuestros empleos o nuestra seguridad. Este estudio nos muestra que los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que, hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, dijo la Dra. Grethel Aguilar, Directora General interina de la UICN. “Este estudio refuerza la urgencia de detener la degradación ambiental al mismo tiempo que se tomen medidas para detener la violencia de género en todas sus formas, y demuestra que a menudo estos dos temas se deben abordar de forma conjunta.”

El estudio, Gender-based violence and environment linkages: The violence of inequality (Vínculos entre la violencia de género y el medio ambiente: la violencia de la desigualdad), recopila datos y estudios de casos de más de 1.000 fuentes, y documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y la violencia de género. Concluye que la violencia de género se utiliza principalmente como un medio sistémico para reforzar los privilegios existentes y los desequilibrios de poder sobre funciones y recursos. Por ejemplo, los conflictos sobre el acceso a recursos escasos pueden dar lugar a prácticas como la de “sexo por peces”, donde los pescadores se niegan a vender pescado a las mujeres si ellas no tienen relaciones sexuales con ellos, como se ha visto ocurrir en algunas partes de África oriental y meridional. A medida que unos recursos naturales ya limitados se vuelven aún más escasos debido al cambio climático, las mujeres y las niñas también deben caminar más lejos para buscar alimentos, agua o leña, lo que aumenta su riesgo de ser víctimas de violencia de género.

El nuevo estudio de la UICN también examina los vínculos entre la violencia de género y los delitos ambientales, como la caza furtiva de vida silvestre o la extracción ilegal de recursos. Señala que la trata de personas y el trabajo forzado se utilizan con frecuencia para permitir este tipo de actividades ilegales, explotando a las comunidades locales. Los estudios de casos destacados en el estudio apuntan a ejemplos del de tráfico sexual en torno a minas ilegales en algunos países de Sudamérica, el de abuso sexual y el trabajo infantil en la industria pesquera ilegal en el sudeste asiático, y la de explotación sexual en torno a la tala y el comercio de carbón ilegales en zonas de África.

Según el estudio, la violencia de género también se utiliza como un medio para ejercer control sobre los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. Si bien la violencia contra los activistas ambientales está aumentando a nivel global, las mujeres activistas, en particular, parecen estar experimentando niveles crecientes de violencia específica de género con el objetivo de reprimir su poder, socavar su credibilidad y estatus dentro de las comunidades, y desalentar a otras mujeres a que expongan su situación.

Los delitos ambientales degradan los ecosistemas y también, a menudo, traen nuevos y peores patrones de violencia contra las mujeres, las minorías y las comunidades marginadas. Muchas mujeres indígenas en particular se enfrentan a la violencia de género y otros tipos de violencia cuando sus comunidades actúan para defender sus territorios, sus recursos y sus derechos de tales actividades ilegales”, dice Jenny Springer, Directora del Programa Mundial de Gobernanza y Derechos de la UICN.

Este estudio es el resultado de un proyecto de diez años de la UICN, aún en curso, sobre el Avance de las cuestiones de género en el medio ambiente (AGENT), financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Los vínculos que establece entre la violencia de género y las presiones ambientales se discutirán bajo el tema de los derechos ambientales y la gobernanza en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN 2020 en Marsella, donde los gobiernos, las ONG de conservación y las organizaciones de pueblos indígenas se reunirán para impulsar la acción ambiental.

El estudio completo es disponible aquí.

Algunas fotos están disponibles aquí.

Fuente: https://www.iucn.org/es/news/genero/202001/la-degradacion-ambiental-propicia-la-violencia-de-genero-estudio-de-la-uicn