Marzo, 2016. La igualdad de género continúa siendo una asignatura pendiente para los mercados laborales de América Latina. Un nuevo informe de OIT recomienda insistir en políticas que respalden la incorporación de las mujeres al trabajo con empleos formales.
Marzo, 2016. Maria José Chamorro. Especialista Regional en Género de OIT
La igualdad de género continúa siendo una asignatura pendiente para los mercados laborales de América Latina. Un nuevo informe de OIT recomienda insistir en políticas que respalden la incorporación de las mujeres al trabajo con empleos formales.
La participación de las mujeres en los mercados laborales de América Latina y el Caribe ha aumentado en forma importante durante los últimos años, pero aún falta mucho para eliminar las brechas de género en los mercados de trabajo y por lo tanto los países necesitan reforzar las estrategias destinadas a promover mayor igualdad, destacó la OIT este 8 de marzo.
«En la mayoría de países las mujeres tienen mejores niveles educativos que los hombres. Sin embargo, enfrentan mayores tasas de desempleo, subempleo e informalidad, así como brechas salariales», dijo el Director de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar.
«La celebración del Día Internacional de la Mujer debe servir para redoblar esfuerzos por la igualdad de género en el trabajo», agregó Salazar.
Dos de los factores a enfrentar para avanzar en la igualdad son la carga desproporcionada de las tareas de cuidado que asumen las mujeres, y los estereotipos de género que favorecen su incorporación a unas pocas ocupaciones tradicionales poco vinculadas a los sectores más dinámicos de la economía, destacó la OIT.
El informe mundial de OIT «Mujeres en el trabajo – tendencias 2016», presentado esta semana en Ginebra, destacó a América Latina y el Caribe como una de las regiones con mayor avance en cuanto a la participación de las mujeres en el mercado laboral, es decir aquellas que tienen un empleo o están buscando uno activamente, ya que esa tasa subió 8 puntos porcentuales de 44,5 por ciento en 1995 a 52,6 por ciento en 2015.
«Aunque este aumento en la participación contribuye a la igualdad en el mercado laboral, sigue existiendo una brecha de al menos 25 puntos porcentuales con los hombres, que tienen una participación en torno al 78 por ciento», comentó el Director Regional de la OIT.
Al mismo tiempo, el informe dice que América Latina y el Caribe ha avanzado en cerrar la brecha de desempleo a partir del año 2000, pero aun así en 2015 persistía una diferencia entre la tasa de los hombres, de 5,4 por ciento, y la de las mujeres, de 8,1 por ciento.
«Durante más de 10 años en América Latina hemos tenido una desocupación femenina que equivale a más de 1,4 veces la de los hombres, y pese a los avances y al compromiso con la igualdad de género no se ha logrado bajar esta brecha», dijo Salazar.
Otro dato destacado en el informe mundial fue el de la informalidad. En el caso de América Latina y el Caribe la tasa de informalidad laboral entre las mujeres es de 54 por ciento, 6 puntos por encima del 48 por ciento de los hombres.
El trabajo en condiciones de informalidad implica exclusión del derecho a la protección de la maternidad y a una pensión en la edad adulta. A nivel mundial, alrededor de 750 millones de mujeres no se benefician del derecho legal a la licencia de maternidad y casi el 65% de las personas en edad de jubilarse y sin pensión son mujeres, destacó el informe de OIT.
«Este indicador nos está revelando que más de la mitad de las mujeres consiguen empleo en un sector de la economía caracterizado por bajos ingresos, falta de seguridad laboral, donde lo habitual es que se trabaje sin protección social ni derechos. La informalidad tiene mucho que ver con la pobreza y la desigualdad en nuestra región», comentó el Director de OIT.
Agregó que, por esta misma razón, las estrategias destinadas a formalizar la informalidad y a mejorar la situación de las personas trabajadoras más pobres, tienen un impacto importante sobre la situación de las mujeres.
El informe dice que en América Latina y el Caribe 66,6 por ciento de las mujeres trabajan en la categoría de remuneradas o asalariadas, 24,1 por ciento tienen trabajo por cuenta propia, 6,8 por ciento están en la categoría de trabajadores familiares auxiliares, y apenas 2,6 por ciento son empleadoras.
También destaca que en esta región alrededor de 80 por ciento de las mujeres se desempeñan en el sector de servicios, poco más de 11 por ciento en el de industria y 8,2 por ciento en agricultura. Estos datos indican una concentración excesiva de las mujeres en un sector y dentro de él en un número limitado de ocupaciones muy vinculadas al área de los cuidados. El informe señala que en los países de ingresos altos, el sector salud y educación emplea a más del 30% de las mujeres.
En el caso de las mujeres jóvenes el problema del desempleo es mayor. En el grupo entre 15 y 24 años las mujeres tienen tasas de desocupación de 17,6 por ciento, una brecha de casi 6 puntos por encima del 11,9 de los varones.
Además, la alta proporción de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan, demanda medidas para remover los obstáculos que enfrentan las mujeres en la formación profesional y en la educación y que no les permiten encontrar empleo cuando terminan sus estudios, destacó la OIT.
El informe «Mujeres en el trabajo – tendencias 2016» destacó que para lograr avances sustantivos en términos de mejora de la calidad del trabajo de las mujeres, será clave que el cuidado de las personas se asuma como una responsabilidad de toda la sociedad, y que los gobiernos aumenten su inversión en los sistemas nacionales de cuidados que permitan a las mujeres salir a trabajar.
Igualmente, señaló que ampliar el abanico de ocupaciones en las que se insertan las mujeres es fundamental para garantizar rutas exitosas de transición entre el estudio y el trabajo para las mujeres.
«Los desafíos son múltiples y comienzan con una formación libre de estereotipos de género que amplíe la gama de carreras que estudian las mujeres y les garantice una mejor entrada al mercado de trabajo», dijo la especialista regional en género de la OIT, María José Chamorro.
Agregó que «también son fundamentales la promoción de las actividades empresariales de las mujeres, y las medidas que eliminen el trato discriminatorio en los mercados de trabajo, incluyendo la penalización por maternidad y por asunción de responsabilidades familiares».
Más información:
Informe «Mujeres en el trabajo – tendencias 2016»