Desde su creación en 2013 la Escuela de Mujeres Líderes ha fortalecido las capacidades de más de 250 jóvenes dirigentas de Chile. Foto: PNUD Chile.
Fortalecer y proyectar liderazgos
“Tengo un hermano gemelo y desde que era niña nos han comparado y dicho que el hombre tiene que hacer determinadas cosas, mientras que la mujer debe ocuparse de otras” recuerda Estefany Ñanculef Beltrán (23 años). Los roles asignados por estereotipos de género eran lo normal para ella, hasta que creció y empezó a educarse con mayor profundidad. “Mi mamá siempre hizo mucho énfasis en la educación” precisa y por eso la cambió a un liceo público emblemático donde aprendió de liderazgo y pensamiento crítico, lo que profundizó aún más en la universidad como estudiante de ciencias políticas: “las mujeres tenemos que empoderarnos porque somos parte de la sociedad, no estamos en una burbuja afuera de ella” subraya.
Estefany es una de las sesenta participantes de la Escuela de Mujeres Líderes organizada por Comunidad Mujer en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD en Chile. La iniciativa, dirigida a mujeres entre 18 y 24 años, facilita una reflexión crítica sobre las construcciones de género, promueve redes de intercambio y proporciona herramientas para que las jóvenes potencien sus habilidades de liderazgo en la vida pública.
“Para el PNUD contribuir al empoderamiento de niñas y mujeres, y promover la igualdad de género es esencial para avanzar al desarrollo sostenible. Esta iniciativa ha logrado apoyar a mujeres jóvenes para fortalecer sus capacidades de liderazgo y de incidencia en sus comunidades y organizaciones. Muchas de quienes han pasado por la Escuela están hoy haciéndose oír en distintos espacios, desde los movimientos estudiantiles a espacios otrora masculinos como el fútbol” explica la Representante Residente Adjunta de PNUD, Marcela Ríos.
“La Escuela es una instancia única en el país, que fortalece y proyecta los liderazgos de mujeres jóvenes, pero no sólo de ellas, sino que también de sus organizaciones. Por lo mismo, tiene un efecto replicador que es inmediato y al cual hemos dado especial énfasis a través de la articulación de redes entre ellas y el potenciar iniciativas colaborativas. Cada año se suman más jóvenes de todo el país. El sueño y el gran desafío es poder llevar la Escuela a otros territorios, ya sea en Chile y/o América Latina» señala la Directora Ejecutiva de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda.
Distintos puntos de partida, un mismo objetivo
Paz Muñoz Godoy viajó trece horas para llegar desde el sur del país -Puerto Montt- a la Escuela en Santiago. Contenta por haber sido seleccionada como una de las participantes, comenta que los temas de equidad de género en su caso vienen por su propia familia “mi mamá es activista feminista” destaca. Para Paz -quien integra el Círculo de Mujeres de la Universidad Austral, uno de los primeros en comenzar con las movilizaciones feministas en el país- es importante que las mujeres asuman puestos de liderazgo porque “al transformarse en figuras representativas motivan a otras que no se dan cuenta de la vulneración de sus derechos. Al ver a más mujeres en los espacios de poder pueden servir como reivindicación para quienes no han sido capaces de ver que nosotras sí podemos liderar ciertos espacios” sostiene.
“Cuando era chica no pensé que podía ser Presidenta, hasta el primer gobierno de Michelle Bachelet. Ahí me di cuenta de que sí, las mujeres podían ser presidentas también” narra a su vez June García Ardiles (21 años). Estudia derecho en la Universidad de Chile y está encargada del aula feminista de su facultad. Autora de un libro sobre feminismo, asegura que la educación que ha recibido le ha permitido reflexionar sobre el género y asumir una postura activa frente a él “en gran parte por mi posición económica de privilegio, me tocó estar en un muy buen colegio que desarrolló mis habilidades con muchas clases de teatro, debate y literatura con enfoque de género” manifiesta.
Rescatar este alto interés por alcanzar la igualdad de género es lo que realiza la Escuela. Y al entregarles herramientas para potenciar su liderazgo, la labor que efectúan las jóvenes en cada una de sus comunidades aumenta su resonancia. Este año, en el contexto de la fuerte movilización feminista que se registra en el país.
“Ha habido importantes cambios en el país en los últimos años y la demanda feminista se ha tomado la agenda pública. Esos cambios se ven también en las propias mujeres que participan en la Escuela, cada vez llegan con un mayor nivel de reflexión al respecto, lo que impone también nuevos desafíos. Para el PNUD, este contexto demanda generar abordajes transversales y cuestionadores de la actual manera de hacer las cosas, que permitan efectivamente avanzar hacia el empoderamiento de las mujeres como uno de los ejes transversales del desarrollo sostenible” señala la punto focal de Género de PNUD, Elizabeth Guerrero.
De abordajes transversales sabe Mercedes Argudín Pacheco (22 años) quien realiza activismo por las mujeres negras y afrodescendientes en Chile. “Siempre lo femenino ha sido objeto activo de la opresión: ya sea una persona que habita el cuerpo de mujer o también un hombre que se siente identificado con lo femenino. Por eso es importante que las mujeres vayamos rompiendo la jerarquización histórica que ha habido sobre nosotras y que indica que el hombre es el que tiene -casi por derecho natural- esa posición de poder” explica.
El liderazgo de Mercedes se ve cruzado por el color de su piel, cuestión de la que tuvo consciencia al entrar a la educación formal. Antes de eso, pertenecer a un hogar donde se vivía la cultura afro era natural para ella al tener un padre cubano y una madre chilena; en el jardín infantil se enteró que era vista como distinta “siempre lo negro se ve como lo malo” reflexiona. A través de su trabajo en una cooperativa medioambiental, como escritora e integrante de una agrupación cultural que visibiliza su raíz, puede rescatar lo positivo: “el ser una mujer negra nacida en este país me ha permitido tener una perspectiva mucho más heterogénea de la sociedad, lo cual me ha otorgado mucha tolerancia y constante reflexión” sostiene.
Este componente cultural es también parte de la tarea que ha realizado Estefany Ñanculef, quien ha podido reencontrarse con su identidad indígena y desde esa perspectiva enfoca la equidad de género “una se puede restringir por todo lo que conlleva ser mujer y más por ser mujer mapuche, además si le sumamos que somos morenas, de una comuna vulnerada y que vives en una población; sin embargo, debemos aprovechar cada oportunidad que se nos brinda porque somos personas y no menos que un hombre: somos iguales en capacidades” destaca.
Desde su creación en 2013 la Escuela de Mujeres Líderes ha fortalecido las capacidades de más de 250 jóvenes dirigentas. Dentro de los temas que abordan están derechos humanos, representación política, habilidades de negociación y construcción de discursos. Se realiza una vez al año en Santiago de Chile.
Participantes de la VI Escuela de Mujeres Líderes. Foto: PNUD Chile.
Más información: Pilar Zapata, periodista Unidad de Comunicaciones PNUD, pilar.zapata@undp.org
Fuente: http://www.cl.undp.org/content/chile/es/home/stories/story-11.html