Entrevista realizada por la Oficina de PNUD Brasil a Eugenia Piza López, Gerente del Equipo de Género del Centro Regional Para América Latina y el Caribe del PNUD
Entrevista realizada por la Oficina de PNUD Brasil a Eugenia Piza López, Gerente del Equipo de Género del Centro Regional Para América Latina y el Caribe del PNUD.
Eugenia Piza López, Gerente del Equipo de Género del Centro regional para América Latina y el Caribe con sede en Panamá, visitó la oficina de PNUD en Brasil para discutir cómo Brasil puede aplicar la nueva política de la Estrategia de Igualdad de Género del PNUD. En un taller realizado en la Casa de las Naciones Unidas en Brasilia, la socióloga destacó la importancia de incorporar las cuestiones de género y la mejor manera de ponerlo en práctica en el país. Eugenia ha recorrido América Latina y el Caribe, con talleres similares, desarrollando proyectos de desarrollo del PNUD, los cuales consideren la situación actual de las cuestiones de género en cada lugar. Piza López habló sobre la importancia de las alianzas con el gobierno y la sociedad civil para abordar el problema de manera efectiva, así como la posición de Brasil en el escenario latinoamericano en lo que respecta a la igualdad de género.
¿Cómo será implementada la política de género del PNUD?
En pocas palabras, podemos decir que esta política será implementada en una doble estrategia. En primer lugar, vamos a desarrollar proyectos específicos para empoderar a las mujeres, dirigidas a obtener resultados como una mejor participación política a nivel local, estatal y nacional; abordar las cuestiones de la violencia contra la mujer; desarrollo de estrategias específicas para el empoderamiento económicamente; garantizar que las mujeres tengan mayor acceso a la tierra y otros bienes importantes. Esa parte que llamamos el empoderamiento de las mujeres.
La segunda estrategia es más compleja y más difícil. Nos obliga a entender que todos los proyectos del PNUD tienen una dimensión de género. El desarrollo no es desarrollo si no incluye una perspectiva de género. Algunas personas dicen que si no es bueno para las mujeres, no es bueno, ya que las mujeres representan el 50% de la población. En muchas sociedades, incluyendo algunas partes de Brasil, en diferentes grupos sociales, las mujeres no son tratadas de manera justa en relación a los hombres. Por ejemplo, Brasil tiene una brecha salarial significativa, por el mismo trabajo en el sector privado paga menos a las mujeres. Estadísticas lo demuestran. Las mujeres tienen menos acceso a la tierra y su control. ¿Quiénes son los dueños de la tierra en Brasil? Ciertamente, están en manos de un grupo minoritario, pero dentro de ese grupo minoritario, las mujeres tienen menos acceso a la propiedad de la tierra.
Y ¿la violencia doméstica?
El problema de la violencia doméstica es un problema que todavía se puede ver en toda América Latina. En América Central, por ejemplo, en lo que se llama triángulo norte, nos hemos enfrentado a una realidad muy grave, que es el femicidio. América Latina ha tomado conciencia de que el feminicidio es un crimen diferente de otros delitos, teniendo en cuenta que a menudo matan a las mujeres simplemente porque son mujeres. Así que muchos países están trabajando en la formulación de diversas normas para caracterizar el feminicidio como un delito de género. El PNUD ha estado trabajando en estos temas, que abarcan tanto el ámbito de la autonomía política como la autonomía física de las mujeres.
Y ¿dónde entra la transversalización?
El tema de la transversalización es un poco diferente, porque significa que tenemos que tener una perspectiva de género en los proyectos ambientales, en los proyectos económicos y en los proyectos de gobierno. Esto significa entender un poco cual es el impacto que nuestras intervenciones, ya que nuestras actividades son para hombres y mujeres, porque las mujeres a menudo son responsables del cuidado de los niños y lo que reproducen socialmente. Ellas también son responsables de cuidar de las madres, los enfermos, los discapacitados, se encargan mayormente de las tareas domésticas. A menudo tienen menos tiempo para participar en las actividades, en los proyectos que se espera que ellas tengan un papel más activo y que requieren aún más tiempo.
¿Este proyecto sólo involucra a Brasil o a toda América Latina?
No, esto es un enfoque que el PNUD decidió aplicar a todo el mundo. Decidimos que en los próximos años, nos transformaremos en la agencia de desarrollo de las Naciones Unidas con el mayor compromiso con la igualdad de género.
¿Así que usted tiene la intención de dirigir talleres como éste realizado en Brasil a otros países?
Vamos a muchos países por varias razones. En algunos, llevamos a cabo talleres con el personal del PNUD, como en Brasil, para difundir la nueva política, pero también para discutir y dar herramientas para la planificación de proyectos con perspectiva de género. En otros casos, ofrecemos capacitación a los países para analizar los resultados del impacto desde una perspectiva de género. En otros países, trabajamos con los gobiernos para desarrollar políticas que beneficien a las mujeres. Por ejemplo, en la República Dominicana, estamos apoyando el Gobierno para avanzar hacia un piso de protección social que responda de forma más adecuada a las necesidades de las mujeres. La creación de pisos nacionales de protección social es una estrategia de los gobiernos para reducir la pobreza y sobre todo asegurar que los más pobres tengan una ayuda mínima. Muchos de los servicios sociales básicos ofrecidos a las poblaciones más pobres no tienen una perspectiva de género, por tal razón estamos trabajando con los gobiernos para que se incorpore esta perspectiva en los sistemas de protección social. Esto significa que es necesario analizar los servicios públicos que existen; entender cómo llegan a los hombres y las mujeres; saber quién está siendo beneficiado de estos servicios. Una vez que tengamos un mapeo de lo que el gobierno está haciendo, costeamos opciones y escenarios para mejorar y ampliar los servicios desde una perspectiva de género.
En Brasil, ¿Cuál es el mayor problema de género?
Brasil es un país muy grande. Intentar generalizar cual es su mayor problema de género es difícil, por ejemplo, los problemas se diferencian de acuerdo a los lugares – entre el área urbana y el campo, entre los estados más ricos y los sectores más pobres. Creo que, para el PNUD, un tema de prioridad es garantizar que los beneficios del desarrollo lleguen a los grupos más vulnerables, como los grupos indígenas, los afrodescendientes, en particular, y a los pobres, tanto urbanos como rurales. Para nosotros, es cómo nos aseguramos de que el proceso de desarrollo beneficiará a los más vulnerables y, dentro de esto, principalmente a las mujeres. Esto significa que podemos abordar muchos temas, como los servicios sociales, la participación política de las mujeres, sobre todo a nivel estatal y local. Tenemos que abordar la cuestión del control de los recursos económicos por las mujeres. Así que a pesar de que Brasil es un país muy desarrollado, muy sofisticado, con leyes muy progresistas en relación con el género, todavía hay mucho por hacer, especialmente en el empoderamiento y la autonomía política, física y económica de las mujeres más pobres.
Dentro de la cuestión de los géneros hay varias otras cuestiones, como la raza, la situación económica. ¿Existen programas específicos para las mujeres negras o las mujeres más pobres?
Por supuesto. En Colombia, por ejemplo, tenemos hermosos programas para desarrollo de capacidades de mujeres afrodescendientes para el mercado laboral. También trabajamos el tema de la violencia con hombres y mujeres afrodescendientes.
¿Y programas para hombres también?
¡Por supuesto! El trabajo de género no es un trabajo para las mujeres solamente. Si desea cambiar los patrones culturales y la discriminación contra las mujeres, usted tiene que trabajar con las con los hombres y con las mujeres. Con los hombres, ya que pueden convertirse en aliados muy importantes en la causa de las mujeres. Los hombres no son solo parte del problema, sino también parte de la solución. Una de las principales ventajas de las nuevas generaciones es que hoy, por ejemplo, si usted es un joven menor de 35 años en América Latina, se muestra que estadísticamente tiene diferentes maneras de ver el mundo, que quiere tener más responsabilidad como padre, desea cuidar mejor de su hijo, que está de acuerdo en que el trabajo de la casa tiene que ser dividido, que sus hijas pueden jugar al fútbol, que puede hacer otras cosas. Así que los jóvenes de hoy tienen otras expectativas con respecto a las cuestiones de género. Otra cosa que ha cambiado es la estructura de la familia. La idea de que la gente debe tener un padre, una madre y sus tres hijos ya no es real. En muchas áreas urbanas y rurales muy pobres, la realidad es que muchas madres son cabezas de familia. También es cierto que hay muchas madres que viven con los abuelos y tíos, y hay familias mucho más complejas. En América Latina, cada vez hay más parejas homosexuales que tienen hijos, entonces la estructura de las familias ha cambiado mucho. En esta adaptación, también están ocurriendo cambios en la visión de la sociedad sobre el género, que afecta tanto a hombres y mujeres. Creo que este trabajo que pasa por el individuo, la familia, el espacio público, de trabajo y el político. Así que es un trabajo lento y difícil. Y por lo tanto tenemos que trabajar con los hombres también.
El PNUD trabaja mucho con las instituciones de gobierno. ¿Es más fácil trabajar en temas de género con un gobierno que tiene una mayor representación femenina o tiene una mujer líder?
En muchos de los países donde hay mujeres líderes en el gobierno, están comprometidos con el tema de la mujer. Por ejemplo, en Alemania, hace unas semanas atrás, se aprobó una nueva ley que obliga a todas las empresas privadas a tener por lo menos el 40% de las mujeres en la alta dirección. Esto sólo ocurrió porque la Canciller Angela Merkel quiso. Si hay programas para las mujeres que se desarrollan en Brasil, creo que mucho tiene que ver con el gobierno. Dentro de este gobierno, se creó una arquitectura de género muy sofisticado, que distribuye los recursos. La Secretaría de la Mujer tiene el poder de llegar a diferentes lugares con capacidades y recursos. Existe un compromiso. Sin embargo, no necesariamente todas las mujeres tendrán un compromiso con las mujeres en términos de género. Hay muchas mujeres que fueron Primeras ministras y no lo tenía. El hecho de que una mujer sea presidenta del país también es muy importante para la imagen y la conceptualización de las niñas sobre lo que pueden ser. Hay un economista muy famoso que dijo que salir de la pobreza permite imaginar y pensar que podemos tener numerosas opciones en el futuro. Esa capacidad de una niña o un niño de poder imaginar que puede ser algo distinto a lo tradicional, pero estas opciones implican tener imágenes distintas, tener acceso a los recursos y tener un entorno favorable para el crecimiento. Creo que ahí es donde tenemos que trabajar el tema de género.
Es muy difícil generalizar, pero haciendo una comparación entre Brasil y América Latina en relación a la igualdad de género, ¿Cuál es la posición de Brasil?
Creo que Brasil tiene un marco legal muy positivo en relación con el género. Hay temas que todavía podrían abordarse, pero creo que Brasil, tiene leyes muy progresistas y muy avanzadas, gracias al movimiento de mujeres. Este movimiento tiene una larga historia en la lucha del país por la igualdad, la lucha contra la discriminación racial y de género, y en la lucha contra la pobreza. Es un amplio movimiento que tiene banderas muy positivas. Creo que hubo un gran avance en la participación política y la participación económica de las mujeres. Creo que un gran proyecto ahora es eliminar la pobreza de las mujeres, especialmente en las zonas más pobres del país y hacer sentir a las generaciones que tienen oportunidades y que pueden hacer cosas que en el pasado no se podían. Entonces, ¿cómo están las mujeres en Brasil? Las mujeres están mejores que en muchos otros países de América Central, sin duda. De hecho, América Latina es mucho más avanzado que otros continentes, pero eso no quiere decir que hemos llegado a la igualdad entre los géneros.
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