En el Uruguay, desde la recuperación democrática las mujeres se han organizado, tanto en la sociedad civil como en los partidos políticos, para disputar y ampliar el concepto de democracia, desmontando los obstáculos y problemas que enfrentan para garantizar su participación política a la hora de encabezar una lista, ocupar un lugar de responsabilidad en el sistema político o desempeñar un cargo de gobierno, pero también para cambiar la agenda política y la definición de prioridades.