Los efectos devastadores de la crisis sistémica que estamos viviendo las personas y la profunda involución social que se pretende imponer está obligando a todos los movimientos sociales y por supuesto también al feminismo, a pensar en términos de estrategia, a reformular las resistencias y a actualizar el horizonte emancipador de sus discursos y propuestas. Urge interrogarnos sobre cómo organizarnos para responder ante semejante declaración de guerra de los poderosos, cómo organizar nuestra vida en común, interactuar entre todas y todos y con la naturaleza, y finalmente sobre qué valores y qué organización de la sociedad nos permitiría vislumbrar un horizonte del buen vivir de todas las personas. | Autoría:
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