Agosto 2017

América Latina Genera entrevistó a Andrea García, Secretaria de Desarrollo Humano del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, quien se refiere, a nombre del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, sobre los proyectos que está desarrollando el municipio, como consecuencias de la Ley Municipal Economía del Cuidado Solidario.

ALG: ¿Cuáles serían los programas y proyectos que se están desarrollando como consecuencia de la Ley de Economía de Cuidado que se aprobó en 2015?

Andrea García:
Bueno, tenemos objetivos bastante ambiciosos que son, por un lado, incrementar las posibilidades de mayor participación de las mujeres en la dimensión de lo económico, social, político y cultura. Y, por otro lado, promover la corresponsabilidad en la dimensión de lo doméstico, del cuidado. Para lograr ambos objetivos, se ha trabajado en diferentes proyectos y servicios que tienen una relación directa e indirecta con el trabajo de cuidado, el cual, recordemos, ha sido asignado de manera histórica y arbitraria a las mujeres.

Importante recalcar que los proyectos y servicios que planificamos y ejecutamos no solo responden a la problemática relacionada entre las mujeres y la  economía del cuidado, sino que también responden a las necesidades reconocidas de cada grupo poblacional que requiere de cuidado, de protección. Entonces, lo que hemos entendido es la manera en la que se entreteje la problemática del cuidado del hogar, pues no es suficiente realizar políticas públicas que solo se enfoquen en las mujeres sin considerar a las personas a quienes cuidan, las cuales requieren de muchos recursos, no solo económicos, sino también humanos, de tiempo y otros.

Quisiera hablar un poco sobre el recurso de tiempo, consideramos que el recurso de tiempo es un elemento clave para el empoderamiento de las mujeres, pues las mujeres necesitan contar con el tiempo suficiente para educarse, para trabajar o para realizar las acciones que su libertad desee. Por ejemplo, es hasta cierto punto inviable una política de empoderamiento económico si es que el grupo poblacional de mujeres destinadas a ser beneficiarias no cuentan con el tiempo suficiente para participar de las capacitaciones y cuentan con incluso menor tiempo como para desarrollar emprendimientos económicos. Es por esto, que dentro de las políticas públicas de economía del cuidado que proponemos y aplicamos creemos que proveer servicios pertinentes a cada una de las poblaciones que demandan de cuidado, permitiría liberar tiempo a quienes cuidan de ellos o ellas para poder participar, dentro de sus propios deseos e intereses, en la economía, en lo social, lo político y/o lo cultural.

En este sentido, reconocemos que el cuidado de la primera infancia es uno de los espacios que más tiempo y recursos demanda, es por ello que se ha trabajado en la implementación de centros de cuidado infantil, ahora contamos con más de 50 centros infantiles en la jurisdicción del municipio. También se ha trabajado en proveer espacios de socialización, de terapia ocupacional y de otros servicios para los y las adultas mayores. Tenemos más de 900 adultos y adultas mayores que se benefician de los diversos servicios que ofrecemos en nuestro Centro de Atención Integral para Adultos Mayores, el cual pretendemos reproducirlo en diferentes zonas del municipio.

En cuanto a las personas con discapacidad, quienes también requieren de mucho cuidado, se ha ejecutado proyectos de esparcimiento y recreación inclusiva, también se ha ejecutado el proyecto de buses para estudiantes con discapacidad, lo que permite a las familias y, en especial, a las madres contar con un servicio que garantice la participación de sus hijos o hijas con discapacidad en centros de educación especial. Lo que de manera directa y significativa disminuye las tareas de cuidado de las familias hacia personas con discapacidad y, al mismo tiempo, libera tiempo.

Por el lado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, se ha generado una red de servicios que van desde la promoción de talentos deportivos, a través de las Escuelas Municipales de Deportes, hasta la promoción de capacidades productivas con la implementación de capacitaciones en diseños de página web, programación y otros.

Por otra parte, también contamos con un proyecto a través del cual brindamos servicios legales integrales municipales, cuya población objetivo son las mujeres  víctimas de violencia. Son mujeres con dependencia económica, que no han podido dejar a sus parejas para frenar la situación de maltrato.  Ahora contamos con un centro de acogida especial donde se restauran las heridas graves que deja una situación de violencia, y en el cual también se desarrollan programas de capacitación laboral.  Este proyecto ha beneficiado hasta el momento a 160 mujeres y, de manera indirecta, a más de 300 niños y niñas, hijos e hijas de estas mujeres que sufrieron violencia.

En la dimensión de lo económico el municipio también ha desarrollado una serie de programas de capacitaciones técnico-productivas dirigidas exclusivamente a las mujeres. Con esto se espera formar a las mujeres para que puedan incluirse en el mercado laboral y lograr cierta autonomía económica. Otro elemento que creemos es clave, no solo para disminuir las  desigualdades estructurales entre hombres y mujeres, sino también para disminuir los altos índices de violencia de género que se experimenta en nuestra sociedad.

En cuanto a lo cultural, se trabaja con intensas campañas de prevención en colegios, en barrios, mercados y otros espacios de aglomeración ciudadana en los que se promueve diferentes cambios de ideas y de comportamiento. Abordando temas como la igualdad de género, la corresponsabilidad en los cuidados del hogar, el respeto, la libertad y otros elementos morales e ideales que nos dirigen hacia esa sociedad que queremos tener.

Importante remarcar que varios de estos proyectos que menciono se ejecutaron previa aprobación de la Ley del Cuidado. Sin embargo, antes eran políticas públicas que aparentaban ser independientes una de las otras, pero ahora, con la Ley, podemos ver cómo es que se relacionan de manera directa o indirectamente, generando una red de políticas públicas interconectadas. En este sentido, hemos estado trabajando bajo una lógica multidimensional. Por ejemplo, hemos logrado trabajar en el dominio de lo social a través de nuestros proyectos de centros infantiles, en el dominio de lo económico a través de programas de promoción de la inserción laboral, en lo político a través de la implementación de leyes como la de la Economía del Cuidado y en lo cultural a través de actividades culturales e intensas campañas de prevención.

Por tanto, la Ley de la Economía del Cuidado nos ha permitido tener un paraguas legal e interpretativo para no solo trabajar en temas de cuidado, sino también para intervenir desde diferentes ángulos en las históricas asimetrías entre hombres y mujeres y, al mismo tiempo, abordar problemáticas de las personas con discapacidad, adultos mayores y otras poblaciones en condición de vulnerabilidad.

ALG: ¿Se están realizando campañas mediáticas de sensibilización para promover la corresponsabilidad social de los cuidados entre la comunidad?

Andrea García:
El tema de corresponsabilidad en el cuidado del hogar es una transversal ahora. Estamos trabajando con medios masivos, pero lo más eficiente que hemos encontrado, es generar espacios de encuentro entre las autoridades y dirigentes de organizaciones territoriales de base (OTBs), de juntas vecinales y hombres y mujeres que participan de estos conglomerados.

En estos encuentros están recibiendo información que los sensibiliza y que también los capacita, con el objetivo de transformar esta concepción que se tiene sobre la división del cuidado en función al género, abordando también la división laboral en función al género.

Hasta el momento hemos tenido grandes resultados. Fruto de estos encuentros  los  dirigentes se han convertido en agentes de detección temprana de mujeres en situaciones de vulnerabilidad. Por ejemplo, dirigentes han reportado casos en los que una mujer tiene bajo su responsabilidad exclusiva a sus 5, 6 hijitos; de esta manera los dirigentes se han convertido en el nexo, en el lazo para generar este tipo de información que nos permite dar el apoyo respectivo. Incluso hemos tenido dirigentes que han venido personalmente con  las mamás, con las mujeres a decir: “mi vecina tiene estos problemas, por favor canalicemos la ayuda o la atención”  y esta manera de proceder resulta muy eficiente.

También somos conscientes del importante lugar que tienen los medios de comunicación masiva y las personalidades púbicas de los mismos, con quienes tenemos la intención de trabajar en cuanto a la manera que construyen, discursiva y simbólicamente, a los hombres y a las mujeres, en cuanto al contenido que difunden. Es decir, necesitamos que los medios de comunicación y sus figuras públicas tomen su lugar ante el necesario cambio de comportamientos que requiere nuestra sociedad. No solo en cuanto al cuidado, sino también al patriarcado, a la violencia naturalizada, a la división laboral en función al género y a las evidentes desigualdades. Estamos planificando una estrategia de trabajo con ellos.

Aunque ya se ha hecho mucho trabajo y con muy buenos resultados, la problemática sigue presente, por ello, tenemos que trabajar mucho más. En cuanto a la corresponsabilidad creemos que necesitamos más tiempo para lograr resultados concretos y positivos. El patriarcado está fuertemente instaurado en nuestra sociedad, en nuestros hábitos y en nuestra mente. Sabemos bien que los cambios de comportamiento toman mucho tiempo, tal vez generaciones. Y es por eso que el tiempo nos apremia, tenemos que dar respuestas concretas a estas problemáticas para que el futuro deseado sea más cercano que lejano.

 

Andrea Gabriela García Magne, Secretaria de la Secretaría de Desarrollo Humano del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, Bolivia. Anteriormente, se ha desempeñado como Directora de la Dirección de Género, Generacional y Familia del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. También, ha sido representante de más de 30 organizaciones de mujeres a través de “La Red contra la violencia hacia la mujer”. Andrea Gabriela García Magne es licenciada en Pedagogía Social y diplomada en Trabajo Social Comunitario, se especializó en Violencia Estructural en razón de clase, raza y género.