Diciembre 2017
Aunque podemos observar avances a nivel mundial con relación a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en todos los lugares del mundo. La igualdad de género no es sólo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Aunque muchos países de la región han avanzado en la aprobación de la legislación que sanciona las muertes violentas de mujeres por razones de su género (femicidio), muchas mujeres sufren todavía de violencia por parte de su pareja o fuera de la pareja. En 2016 un total de 1.998 mujeres de 17 países de la región (14 de América Latina y 3 del Caribe) fueron víctimas de femicidio o feminicidio (CEPAL), mientras que en 2015 se registraron 1661.

América Latina Genera, entrevistó a Luis Vergés, Director del Centro de Intervención Conductual para Hombres

ALG: ¿Por qué es importante trabajar con hombre el tema de violencia contra las mujeres? ¿No sería mejor usar los recursos para trabajar con las mujeres víctimas de violencia?

L.V: La idea de pensar el tema de abordaje de violencia en contra de la mujer, sin tomar en cuenta al hombre, ha demostrado ser una estrategia fracasada. La violencia está muy masculinizada, y la misma emana de las ideas históricamente condicionadas que han sido asimiladas por muchos hombres, y que todavía mantienen en relación a la dominación y control sobre las mujeres. Sabemos que también muchas mujeres han aprendido a subordinarse, negándose a reclamar su derecho a la equidad e igualdad por miedo a ser violentadas, de ahí que ambos son actores fundamentales, sin olvidar a los observadores pasivos de violencia que están llamados a ser activos en este tema.

No se puede partir de la idea de que invertir en el trabajo con los hombres “es negarles los recursos a las mujeres”, eso sería partir del déficit más que de la abundancia que necesitamos para detener el problema de la violencia que se lleva de encuentro tanto las vidas de las mujeres como el impacto negativo en víctimas colaterales como niños, niñas, adolescentes, familia y sociedad. El trabajo con hombres debe concebirse como una acción estratégica con una mirada holística que privilegio como principal meta que los hombres dejen de representar riesgo para la integridad y vidas de las mujeres.

Es una quimera y sería anti dialéctico pensar que las mujeres detendrán la violencia de los hombres agresores sin que ellos sean intervenidos para que desmonten los prejuicios sexistas y nociones sesgadas que conforman gran parte de su mentalidad abusiva.

El Programa del Centro de Intervención Conductual para Hombres, inició en el año 2008. Allí son referidos hombres que ya han violentado a las mujeres, y que no se encuentran en régimen de privación de libertad, lo que significa que muchos de ellos siguen conviviendo con las mujeres denunciantes, y otros se mantienen vinculados con ellas a través de los hijos que han procreado.

Esta población incluye un segmento de riesgo y peligro para las vidas de sus parejas y ex parejas, razón por la cual, algunos de nuestros principales objetivos son:

  • Garantizar la seguridad de las víctimas
  • Identificar, trabajar y desmontar las ideas con las cuales justifican sus acciones violentas en contra de las mujeres.
  • Interrumpir la escalada de violencia, disminuyendo el riesgo de daños para las mujeres.

ALG: Cuando comenzó el programa de intervención Conductual para Hombres y describirlo.

L.V: El programa se apoya de forma rigurosa en el método científico, sobre todo en técnicas psicológicas para identificar mediante evaluaciones, intervenir y predecir conductas que sean de riesgo para las víctimas, así como dar herramientas alternativas a los agresores para la asunción de ideas más flexibles y respetuosas hacia las mujeres, la vida humana y el desarrollo de premisas más saludables para vivir sus relaciones con los demás. Tenemos un formato terapéutico (ayudar a descubrir sus esquemas erróneos y desafiarlos para cambiarlos) y psico educativo donde desde la transversalización del género se enseñan los aspectos sociales y culturales donde aprenden a descalificar a las mujeres sobre la base de la inequidad y las desigualdades. Permanecen entre seis meses a dos años en el centro en modalidad de tratamiento ambulatorio.

ALG: ¿Cuáles son las historias de éxito y los resultados obtenidos?

L.V: El principal indicador de éxito es haber logrado contener y transformar el sistema de creencias de más de 17 000 (diez y siete mil) hombres con mentalidad abusiva que han sido intervenido en los nueve años que lleva operando el Centro. Sabemos que muchas razones, el porcentaje de hombre con mentalidad abusiva que se encuentra cumpliendo medidas de privación de libertad, es mínimo, de ahí que, si no tienen este tipo de intervención, representarían un mayor riesgo para las mujeres. Tenemos varias historias dignas de contar, y muchas de estas historias las han contados las mismas mujeres.

 

ALG: ¿Cómo se conducta este programa con la política establecida en República Dominicana? 

El programa funciona desde la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, que, por mandato constitucional e institución pública, se obliga a operar en favor del respeto a los derechos ciudadanos, dentro de los cuales están visibilizados los derechos de las mujeres. Los recursos para operar proceden del Estado, y los lineamientos emanan de las mismas Políticas Públicas que emanan del Estado a través del organismo rector, que contempló una línea de acción con hombres desde el PLANEG y el Ministerio Público con su plan más reciente que contempla la ampliación de la cobertura de servicios a nivel nacional.