PASIFUERES LE CANTA A LA VIDA

En Pasifueres la música está en el aire, las y los niños cantan y componen desde pequeños, en sus letras esta la pasión por su región, la Mojana y el pueblo que los vio nacer.

 

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Vista aérea del Caño Pasifueres en el municipio de San Marcos, Sucre, al norte de Colombia.

 

“ Desde siempre he cantado, y si, es chévere que lo reconozcan a una porque cante o escribe versos, pero mi objetivo es que conozcan a la región Mojana, su adaptación y resiliencia al cambio climático”, afirma Jennys Jiménez.

Y despúes de 5 años eso es lo que logró, un reconocimiento especial de su comunidad por su trabajo en la conservación de los humedales y en la recuperación de los caños de la Mojana.

Pasifueres es una pequeña comunidad de menos de 1000 habitantes. En el 2010, el pueblo se inundó, los humedales ya diezmados por la desecación para la agricultura y la contaminación de sus aguas, se vieron muy afectados, poniendo en peligro la vida en la zona.

 

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Jennys Jiménez, promotora rural de Pasifueres

 

Jennys Jiménez se convirtió en una de las 115 promotores y promotoras rurales para la adaptación al cambio climático y en parte de la Asociación de Agricultores, Productores Pecuarios, Piscicultores y Ambientalistas de Pasifueres (ASOPASFU).

Con apoyo del Proyecto “Reducción del riesgo y de la vulnerabilidad frente al cambio climático en la región de La Depresión Momposina”, implementado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial y el PNUD, en alianza con el Fondo Adaptación, Jennys y su organización empezaron la restauración ecológica de 900 hectáreas de humedales en las comunidades de Chinchorro, Cecilia y Mata de Caña.

 

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Los viveros fueron una herramienta fundamental en la restauración, las familias enteras participaron en su cuidado.

 

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Mujeres de Pasifueres monitoreando los avances de la restauración del bosque.

 

La comunidad se organizó para recuperar sus humedales, en menos de 1 año, ASOPASFU tenía expertos y expertas en viverismo, recolección de semillas nativas y siembra y mantenimiento de plantas.

Sembraron más de 5200 árboles frutales y maderables. Las soluciones basadas en la naturaleza como la restauración ecológica se transformaron en las mejores herramientas para adaptarse a los efectos del cambio climático.

 

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MUJERES CON EL PODER DEL CONOCIMIENTO

Juana Madariaga, es una de la mujeres expertas en restauración. Ella y sus compañeras lideraron el proceso de rehabilitación del caño Pasifueres, un gran reto para la comunidad.

Durante las últimas décadas, la actividad ganadera y las diferentes intervenciones estatales en diques, transformaron el uso y manejo de los sistemas de canales de la Mojana, el caño Pasifueres fue uno de ellos. Esto generó que comunidades anfibias cambiaran su forma de relacionarse con el agua.

La gran red de canales, ríos y caños que irrigan naturalmente La Mojana y regulan la llegada y evacuación del agua fueron taponadas, afectando el transporte y la vida de los humedales y los Mojaneros.

 

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“Aquí aprendimos de todo, recibimos muchas capacitaciones y al final nosotras sacamos adelante este proyecto. Con el conocimiento hicimos los viveros, las restauraciones y las huertas, ahora acompañamos a otras comunidades para hacer lo mismo”, cuenta Juana Madariaga.

 

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El proceso de fortalecimiento de las mujeres fue continuo y tomó tiempo, pero su compromiso fue inquebrantable.

 

Desde el 2015, los pobladores de Pasifueres, liderados por las mujeres de la comunidad, ven los cambios. Su caño de 9.5 kms de longitud ahora está vivo y conecta a dos ciénagas permitiendo el intercambio y oxigenación del agua.

Iguá, Roble, Uvero, Ceiba blanca, Guácimo, Polvillo, Piñizco, y árboles frutales como mango, naranja dulce, mamón, tamarindo, limón criollo, guanábana, guayaba dulce, entre otras, crecen a las orillas del caño Pasifueres.

 “Nuestro proyecto de restauración de humedales no sólo es importante para nosotras y nosotros. Invita a todas las organizaciones sociales de base y a las comunidades rurales a combatir la pérdida de bosques que está sufriendo nuestro país, tanto por los fenómenos naturales como por acciones nuestras”, asegura Juana Madariaga.

 

 

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GUARDIANAS DE LA MOJANA

3.901 mujeres mojaneras de 44 comunidades participaron en la implementación del proyecto que restauró 900 hectáreas de humedales y recuperó 40,3 kms de caños, beneficiando a 15.928 personas.

Aunque al principio pocas mujeres participaban en las reuniones, la constancia del equipo y el convencimiento que las mojaneras tenían la fuerza para cambiar su territorio generó resultados. Hoy lideran los procesos de adaptación y son el orgullo y el ejemplo de sus hijos y de sus comunidades.

 

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Las mujeres orientaron y participaron en todas las actividades.

 

“Aquí trabajamos hombro a hombro mujeres y hombres, tenemos poca tierra, pero aprendimos a usarla de manera que tengamos alimentos en invierno y en sequía, y fresco con todos los árboles que hemos sembrado” afirma Jennifer, una de las muchas lideresas de la comunidad de Pasifueres.

 

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Juana y Jennys, dos mujeres admirables que representan la fortaleza de las mujeres Mojaneras.

 

Así como en Pasifueres, las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático y sus impactos intensifican la pobreza y vulnerabilidad de miles de ellas.

Aunque desempeñan un papel decisivo en las labores agrícolas y la seguridad alimentaria en todo el mundo, y poseen conocimientos clave sobre el uso sostenible de los suelos, el agua, las semillas y la medicina tradicional, tienen menos acceso que los hombres a los préstamos, la capacitación y la tierra.

 

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“ Lo único que una espera, es que haya igualdad, que nos reconozcan como importantes, pensantes dentro de la sociedad… somos mujeres rurales y por ello valemos todo”, afirma Juana.

 

 

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Juana junto el Príncipe Hakkon de Noruega explicando las medidas de adaptación implementadas en la Mojana.

 

MUJERES CON EL PODER DE LA ORGANIZACIÓN

Juana, Jenny, Jennifer, María Vidalia, Teresa, son mujeres aguerridas, sinceras y buenas oradoras. Ellas son el presente y futuro de las mujeres Mojaneras.

 Ellas lideran Asopafu y fueron pioneras en proponer la plataforma de mujer rural y cambio climático de La Mojana que promueve políticas públicas para que mejorar la adaptación de las comunidades y construir un futuro para las mujeres mojaneras, sus familias y sus queridos humedales.

Ahora las mujeres de Pasifueres tienen un reto más grande, en el marco de la Plataforma apoyarán a organizaciones de mujeres de 11 municipios.

Elllas compartirán sus conocimientos en restauración, viveros, caños y huertas, y fortalecerán las redes de trabajo conjunto como parte de las acciones que promueve Mojana, clima y vida, la segunda fase del proyecto que inició en el 2013, implementada por el Fondo Adaptación y el PNUD, y financiada por el Fondo Verde del Clima.

“Aquí trabajamos todos pero sobre todo las mujeres. Ellas han liderado este proceso y nosotros las ayudamos, la vida nos ha cambiado a todos con la recuperación del caño y el frescor que ahora tenemos en esta comunidad”, afirmó Manuel Francisco Jiménez.

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Grupo de mujeres de Pasifueres.

 

La mujer Mojanera siempre sueña en grande y nos esforzamos para ser esos sueños realidades, ni que el cambio climático pa’ nosotras es una barrera porque echadas pa’ lante somos las mujeres mojaneras.

Así termina la canción que cuenta la historia de las mujeres de Pasifueres. Hoy la entonan las niñas y los niños, y se oye en las casas junto al caño que las poderosas mujeres de esta tierra rehabilitaron.

 

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Humedales de la Mojana.

Footnotes: Fotos Archivo UNDP Colombia: Mauricio Enríquez, Nadia Rey Cobos, Angely Castaño.

Río San Jorge, Colombia

 

Fuente: https://pnudcolombia.exposure.co/en-pasifueres-las-mujeres-poderosas-le-apuestan-a-la-vida