En el contexto del cambio climático y de los desastres recurrentes, las mujeres y las niñas están muchas veces consideradas como personas vulnerables – un término sinónimo de debilidad y de impotencia. La realidad muestra que las mujeres y las niñas se enfrentan en muchas ocasiones a desigualdades sociales, políticas y económicas, particularmente en las sociedades patriarcales, en las cuales sus capacidades y contribuciones no están consideradas de igual manera que las de los hombres y niños. En situación de crisis, estas desigualdades se amplifican, aumentando los riesgos para las mujeres y las niñas.
A pesar de las desigualdades y de los riesgos, las mujeres demuestran una gran capacidad de resiliencia y de fuerza, adoptando un papel de liderazgo y encargándose de responsabilidades frente a los desastres naturales. La experiencia del PNUD en Haití demostró por ejemplo el papel muy importante de las mujeres en un contexto de crisis y de gestión del riesgo, sobre todo en la transmisión de las alertas, la movilización de las comunidades para evacuar las ciudades y la gestión de los refugios de emergencia. Además, las mujeres son reconocidas como participantes y gestoras muy activas en la recuperación y reconstrucción de sus comunidades post desastre. Al menos, el 60% de los y las participantes a las actividades del PNUD en la gestión de los escombros y reconstrucción de las infraestructuras en la península del Sur, después del huracán Matthew en 2016, eran mujeres.
Ilmène Saintilus, jefa de la patrulla de la protección civil de Cap-Haiti, es un ejemplo de una mujer líder, rompiendo las barreras y liderando el cambio en su comunidad. Ilmène, una de las 13 mujeres formando parte de la brigada se comprometió en la reducción del riesgo de desastres: «Siempre fui motivada en ayudar a los demás, pienso que tengo esta motivación en mi sangre». Ilmène agrega «estoy orgullosa como mujer de ayudar a la gente».
De hecho, en los últimos 13 años, Ilmène sirvió como voluntaria en la brigada de la protección civil, lo que le permitió hoy en día tener este cargo de líder: «Fui seleccionada como jefa por mi buen rendimiento, mis conocimientos y mi gran dedicación en ayudar a las personas en situación de riesgo y vulnerabilidad», como lo contó Ilmène. Ella reconoce que no fue siempre un camino fácil para que las comunidades la acepten en su papel de líder, sobre todo para ser aceptada como tal por los hombres. «Todo lo que puede cumplir un hombre, lo puede cumplir también una mujer», agrega Ilmène, «(Como mujeres), decimos en voz alta y clara que podemos cumplir estas tareas. Nuestros logros obtenidos son evidentes. Hemos recibido la misma formación que los hombres, por lo que podemos cumplir con los requisitos de las patrullas. Arriesgamos nuestra vida como los hombres arriesgan la suya, para ayudar a la gente que nos necesitan».
Cuando le preguntamos si quiere animar a otras mujeres a participar como voluntaria en las patrullas, nos contestó: «Animo a todos y todas los y las jóvenes de Haití a participar como voluntaria/o en la patrulla de protección civil. Estamos convencidos/as que es necesario aumentar la participación de las mujeres como voluntarias en las patrullas de la protección civil; con su compromiso, estaremos dispuestas/os salvar nuestra ciudad Cap-Haiti y el país».
Aunque los/las voluntarios/as de las patrullas no están pagados, Ilmène sugiere de encontrar una manera de apoyarles para sus esfuerzos. Por ejemplo, se podría ofrecer formaciones especializadas, becas para reforzar sus conocimientos. También, propone que los/las voluntarios/as reciben un seguro de salud por trabajar voluntariamente.
A pesar del riesgo y de su compromiso, Ilmène se siente orgullosa del rol que tiene: después de una jornada laboral en la brigada, «mi mayor satisfacción es la vida que pudimos salvar y las personas que pudimos ayudar. Esto es lo que cuenta para mi ».
Enfocándose en el compromiso de las mujeres, sobre todo en el área de la protección civil, Haití realizó un avance importante. Las mujeres representan más de la mitad de la población y tienen un sentido avanzado de lo que es la humanidad; sentido necesario a todas las acciones de reforzamiento de la resiliencia de un país y de su población.
