Búcaro es un pueblo pesquero artesanal, en el distrito de Tonosí, provincia de Los Santos, en la región conocida como Azuero, en Panamá, donde la mayoría de las mujeres de la comunidad saben pescar y se dedican a la pesca regular u ocasionalmente, dependiendo de las necesidades. Otro grupo de mujeres están involucradas en la cadena de valor como dueñas de embarcaciones y/o trabajan en las pescaderías locales. La realidad de la comunidad de Búcaro es que, además de la pesca, no hay otras oportunidades de empleo, especialmente para las mujeres de la comunidad.

Las mujeres que se dedican a la pesca dependen mucho de la disponibilidad del recurso, embarcaciones y del estado del tiempo, lo que en muchas ocasiones las deja sin acceso económico alguno, si no logran salir a pescar. Esta situación dificulta a las familias a cubrir sus necesidades básicas y hasta les crea mucha incertidumbre en cuanto a la planificación a futuro. Definitivamente que en esta comunidad las mujeres son un pilar fundamental, porque también existen algunas de ellas que se dedican a la venta local ocasional de comidas, dulces o productos tales como chorizos de cerdo, para complementar los ingresos familiares.

Un grupo de mujeres de Búcaro ha demostrado a lo largo de su participación en actividades del proyecto Azuero Sostenible, que tiene gran interés en capacitarse. Todo esto sirvió de antecedente para poner a este grupo de mujeres en contacto con el personal técnico de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) y realizar actividades formativas. En estas actividades las mujeres participantes aprendieron a elaborar, aplicando técnicas industriales, diversos productos alimenticios de pescado como hamburguesas y nuggets, pasta untable (más conocida como paté), palitos de pescado y productos curados como el pescado salpreso.

La jornada de capacitación en transformación de productos pesqueros contó con la participación de 14 mujeres de la comunidad de Búcaro y con esta apoyó el trabajo que realizan, empoderarlas en nuevas técnicas que le permitan aprender y promover el desarrollo de sus capacidades para subsistir, sembrando iniciativas basadas en la naturaleza que les permita alcanzar el desarrollo humano sostenible.

El objetivo de estas capacitaciones específicas fue fortalecer las capacidades y habilidades técnicas en gastronomía y promover los emprendimientos de las mujeres, en relación con la administración de negocios gastronómicos.

Las técnicas Zuleika Trottman Eustacia Ríos fueron las facilitadoras de las formaciones por parte de la ARAP. Ambas se desempeñan como funcionarias en esta institución en la Dirección General de Fomento a la Productividad y Asistencia Técnica, específicamente en el Departamento de Gestión Empresarial y Promoción al Mercado y al Consumo. Trottman cuenta que las técnicas de procesamiento de productos pesqueros que se transfirieron a lo largo de las jornadas, son realmente métodos sencillos que están al alcance de las posibilidades de las beneficiarias de la capacitación.

“El equipo que utilizamos es sencillo, pues prácticamente son instrumentos de uso doméstico. Todo lo que se enseñó se pensó en base a tratar de bajar la tecnología de industria a un nivel artesanal. Es decir, fueron productos industriales que se hacen con el uso de maquinaria y equipo bien calibrado, pero nosotras tuvimos el reto de hacer todos estos productos a nivel artesanal y utilizando métodos tradicionales”, puntualizó Trottman.

Por su parte, Anna Núñez, asistente técnica de Azuero Sostenible, dijo que esto se pensó para que fuese así, porque “la idea de este proyecto es que las mujeres logren independencia económica, aporten a la economía del hogar y, a la vez, que la comunidad entera se desarrolle”.

Gladis Ballesteros Vergara reside en la comunidad de Búcaro y fue una de las participantes de estas clases. Aunque actualmente tiene una profesión, comentó que ella —al igual que muchas de sus compañeras— se dedica a ser ama de casa. Considera que estas capacitaciones, además de gustarle mucho, son de gran aprovechamiento para el grupo, porque siente que ahora cuentan con buenas herramientas para “echar para adelante” y tener una mejor calidad de vida.

“Ahora tenemos la visión de realizar un proyecto que puede que se cumpla y tenga éxito, para el beneficio de muchas damas aquí, que no tenemos trabajo”, aseguró Gladis con rostro optimista.

Para esta mujer bucareña el producto que más le gustó elaborar en el transcurso de la capacitación fue la hamburguesa gourmet. “En realidad todos los productos me encantaron, ya que todos los conocimientos que la señora Zuleika nos transmitió son de suma importancia para nosotras como grupo, pero la hamburguesa gourmet fue la que más me llamó la atención”.

Un hallazgo muy importante que se desprendió de estas capacitaciones tiene que ver con las características de los pescados que se utilizaron para elaborar los productos. Desde el principio, la actividad estuvo diseñada para el trabajo con especies no tradicionales que tuviesen un valor comercial bajo o nulo. Con este enfoque, las participantes aportaron algunas especies que normalmente los pescadores de Búcaro consideran de segunda —lo que comúnmente se conoce como “revoltura” o pesca incidental, pues no son el objetivo de esta— o incluso descarte. Entre ellas algunas especies conocidas localmente como el “rojito” (Pontinus spp.) y el “ajicillo” (Hemanthias signifer), que son pescadas incidentalmente junto con peces de alto valor como la cherna gris (Hyporthodus niphobes) y el congrio rosado (Brotula clarkae). Esta pesca ocasionalmente se deja para consumo propio, pero generalmente se desecha, ya que no tiene salida comercial.

Sin embargo, esta situación podría cambiar de ahora en adelante, porque al evaluar las características organolépticas del achotillo (Hemanthias signifer) y el rojito (Pontinus spp.)— es decir aquellas que se pueden percibir a través de los sentidos, como por ejemplo su sabor, textura, olor, color o temperatura— se dieron cuenta de que estas especies tiene altas cualidades para transformase en nuevos productos, y de esta forma se puede generar un valor agregado para ellas.

El valor de esta nueva oportunidad es que estas especies reúnen todas las características necesarias, para ser utilizadas en la realización de los productos que se desarrollaron durante los aprendizajes y podrían, de ahora en adelante, aprovecharse para el beneficio de las mujeres de la comunidad.

Gracias a este hallazgo, durante las jornadas de capacitación surgió una iniciativa entre las beneficiarias del curso, bajo el asesoramiento del personal de la ARAP y Azuero Sostenible, para generar un emprendimiento comunitario. Al respecto, Gladis Ballesteros Vergara aseguró que “después de haber aprendido tantas cosas bonitas, nosotras quisiéramos poder compartir todo esto con la comunidad. Por eso nos gustaría tener una planta de procesamiento de pesca incidental, para el aprovechamiento de ese producto que se bota y no va al comercio. Nosotras podemos comenzar por ahí, tratando de levantar un proyecto o una empresa para salir adelante. Eso es lo que queremos llevar a cabo”sentenció.

Si esta iniciativa logra implementarse, se impulsaría una buena práctica de pesca porque se disminuiría el descarte, que representa un gran problema en muchas pesquerías.  El descarte es la parte de la captura que es desechada lanzándose por la borda, lo que resulta en un desperdicio de recursos pesqueros y de la energía invertida en pescarlas y, además, es una fuente de contaminación orgánica.

Para los socios del Proyecto Azuero Sostenible, este grupo de mujeres, al darle circulación a estas especies dentro de la comunidad, diversificaría la economía interna integrando a esta al pescador local, a la vez que implementan prácticas pesqueras más sostenibles.

El achotillo (Hemanthias signifer) y el rojito (Pontinus spp.) son comúnmente capturados con línea de mano por los pescadores de Búcaro durante la temporada de pesca de la cherna gris (Hyporthodus niphobes). Ambas se encuentran en la categoría Preocupación Menor en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y no son especies conocidas por los consumidores nacionales.

Si se logra crear una nueva cadena de valor donde se aprovechen este tipo de especies a lo largo del año, sería de mucha ayuda y cumpliría con los objetivos del proyecto impulsado por el PNUD, porque al final lo que se espera es mejorar el nivel de vida de toda la comunidad.

Las actividades fueron desarrolladas como parte del trabajo que realiza Azuero Sostenible en la región, una iniciativa liderada por el Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAMBIENTE) y el Fondo Para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Estas actividades se desarrollaron con el apoyo del equipo técnico de la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP).

El PNUD, MiAMBIENTE y GEF tienen claro el rol de la mujer en las comunidades de Azuero, por lo tanto seguirán apoyando a las comunidades de la zona sur de Azuero, específicamente los distritos de Pocrí, Pedasí y Tonosí en lograr sus metas de desarrollo sostenible, mediante soluciones basadas en la naturaleza, donde las consideraciones de género sean incluidas, porque nos motiva ser parte de iniciativas que conecten con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y afiancen la relación entre Planeta, Personas, Biodiversidad, Prosperidad, Paz y Alianzas.

Sobre Azuero Sostenible

Azuero Sostenible es una iniciativa que lidera el Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en alianza con los Municipios de Pocrí, Pedasí, Tonosí, Las Tablas y la Gobernación de Los Santos. También cuenta con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), Autoridad de Turismo de panamá (ATP) y otras instancias de gobierno. Tiene como objetivo apoyar acciones de conservación y desarrollo sostenible en la Zona Especial de Manejo Marino Costero (ZEMMC) del Sur de Azuero impulsadas por actores gubernamentales, gobiernos locales, organizaciones de base comunitaria, sociedad civil y comunidades de la región.