La Escuela de Mujeres Jóvenes Líderes es desarrollada por Comunidad Mujer y el PNUD en Chile desde el año 2013 y convoca a mujeres jóvenes de diferentes regiones y organizaciones del país. Este año participaron más de 50 líderes estudiantiles, de organizaciones sociales y políticas, agrupaciones deportivas y sindicales.

Yo fui una de ellas, tengo 23 años y participo en una organización feminista de Santiago. Ser parte de esta Escuela me permitió conocer a muchas mujeres que ejercen su liderazgo en diversos espacios, permitiéndonos intercambiar experiencias y reconocer las dificultades comunes que enfrentamos las mujeres a la hora de ocupar cargos de representación, liderar proyectos o participar en política. Si bien el movimiento de mujeres en los últimos años ha logrado instalar las demandas de igualdad de género, aún persisten estereotipos y barreras para la participación, haciendo que los liderazgos de las mujeres se vean constantemente invisibilizados. En este sentido, la Escuela nos entregó herramientas concretas, a través de talleres en los que desarrollamos habilidades de negociación, oratoria, análisis de conflictos, entre otros, los que sin duda nos permitieron fortalecer y posicionar nuestro trabajo en las organizaciones. 

También nos permitió reflexionar sobre los desafíos para la igualdad de género en el país, no solo en el ámbito político, sino en los distintos ámbitos en los que cada una nos desempeñamos. Por esta Escuela han pasado mujeres líderes que hoy son referentes para nosotras y que juegan roles relevantes en distintos espacios. Algunas de ellas nos acompañaron en la Escuela, reflexionando sobre sus propias experiencias. Su participación de ellas nos permitió conocer cómo la Escuela ha aportado a distintas generaciones de líderes entregándoles, además de las herramientas señaladas, un enfoque de igualdad de género que se ha plasmado en el ejercicio de su liderazgo, ya sea dirigiendo una Asociación de Fútbol femenino, una de las Universidades más tradicionales del país, o liderando un proyecto para potenciar la presencia de las mujeres en las Ciencias. .

Luego de la Escuela conformamos una red con todas las participantes,  reconociendo la importancia de seguir en contacto y la necesidad de crear una plataforma de colaboración entre nosotras, con el objetivo de impulsar y difundir las iniciativas que se van generando por la igualdad de mujeres y hombres en todos los espacios. Este grupo nos ha permitido generar lazos más allá de la escuela, sintiéndonos parte de un proyecto mayor al que cada una puede aportar desde sus distintos frentes de acción.

El mayor aprendizaje que me dejó la Escuela fue constatar que no estamos solas, que somos muchas las mujeres que día a día, desde diversos lugares construyen alternativas y levantan organizaciones que juegan un rol activo en la sociedad. Intercambiar experiencias con mujeres que se atreven a romper con los estereotipos y a marcar una diferencia me ha hecho sentir más seguridad a la hora de ejercer liderazgo en otros espacios y me ha dado confianza sobre mi propio rol en la promoción del cambio que buscamos. La Escuela año a año abre las puertas a un grupo diferente de mujeres dispuestas a construir espacios de colaboración y a trabajar por la igualdad de género.