Panamá, Octubre 2016. «Ni una menos», este es el slogan que miles de mujeres entonaron en Argentina el 19 de octubre tras uno de los últimos y más terribles feminicidios ocurridos en el país. No sólo Argentina, en muchos países de la región las mujeres y hombres convencidos de mostrar su repulsa a estos actos en contra de las mujeres han salido a las calles. Es hora de que sloganes como «Ni una Menos» no hagan falta en las calles de toda América Latina.

 

A pesar de los valiosos avances en la respuesta a la violencia contra las mujeres y las niñas de los estados de América Latina y el Caribe, este flagelo continúa siendo una amenaza a los derechos humanos, la salud pública, la seguridad ciudadana y la autonomía física, política y económica de las mujeres en la región. Los niveles de violencia contra las mujeres a los que nos enfrentamos en América Latina y el Caribe son inaceptables. La región presenta la tasa mayor de violencia sexual fuera de la pareja del mundo y la segunda tasa mayor de violencia por parte de pareja o ex pareja (OMS,2013); 3 de los 10 países con las tasas más altas de violaciones de mujeres y niñas se encuentran en el Caribe (IDH Caribe PNUD, 2012); y la expresión más radical de esta violencia, el femicidio/feminicidio, está tomando una magnitud y ensañamiento devastador en Centroamérica, donde 2 de cada 3 mujeres asesinadas mueren por razón de su género (IDH América Central PNUD, 2009

 

En febrero de 2008, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon emprendió su campaña «Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres«, UNETE, una iniciativa multianual que tiene previstas acciones hasta 2015. Esta campaña refleja el esfuerzo colectivo en un llamado a los gobiernos, las entidades de la sociedad civil, las organizaciones de mujeres, los jóvenes, las entidades del sector privado, los medios de difusión y todos los organismos del sistema de las Naciones Unidas, a aunar fuerzas para abordar la pandemia mundial de la violencia contra la mujer y la niña, y para poner fin a la impunidad a partir de la implementación de los marcos jurídicos internacionales y nacionales.

 

Campañas como las del UNETE, o Ni Una Menos tiene sentido en países donde según ONUMujeres entre un 15% y un 76% de las mujeres sufren violencia física y/o sexual a lo largo de su vida. Esta violencia se produce mayormente en el seno de las relaciones íntimas, y muchas mujeres (entre un 9% y un 70%) señalan al cónyuge o pareja como el maltratador. A través de los 28 Estados de la Unión Europea, un poco más de una de cada cinco mujeres ha sufrido violencia física y / o sexual por parte de un socio (Agencia Europea de Derechos Fundamentales, 2014). En Guatemala, dos mujeres son asesinadas, de media, cada día. En India, en 2007 se registraron 8.093 casos de muertes relacionadas con la dote; un número desconocido de asesinatos de mujeres y chicas jóvenes fue calificado falsamente de «suicidios» o «accidentes». Mientras que en Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos, entre el 40% y el 70% de las mujeres asesinadas murieron a manos de su pareja. En el Estado de Chihuahua (México), el 66% de los femicidios fueron cometidos por esposos, novios u otros familiares.

 

La seguridad humana es imprescindible para que las personas puedan ampliar sus opciones de desarrollo de forma segura y libre. Por lo tanto, garantizar la seguridad y libertad de la ciudadanía es el deber más inmediato de los Estados (PNUD, 2009a). De hecho, la creciente inseguridad es una de las principales preocupaciones de los países latinoamericanos y una de las áreas principales de acción pública; sin embargo, la mayoría de los estados no toman en cuenta el enfoque de género en sus políticas de seguridad. ¿Por qué?

Es evidente que mujeres y hombres viven, ejercen y perciben la violencia e inseguridad de manera diferente, debido a la construcción de las identidades de género y las desigualdades que existen en nuestra sociedad. Negar esta realidad significa hacer análisis parciales y sesgados y poner en marcha políticas y programas de seguridad ineficientes, ineficaces e injustos.

Si queremos responder adecuadamente a la problemática de la inseguridad, precisamos de buena información para tomar decisiones políticas (contar con información desagregada), analizar el fenómeno desde la perspectiva de género (considerar las diferentes amenazas y delitos que sufren mujeres y hombres por razón de género y profundizar en las causas que las ocasionan) y guiar la actuación para prevenir, atender y controlar las infracciones y violaciones a la seguridad de mujeres y hombres, en los diferentes ámbitos y ciclos de su vida.

Hay un trasfondo de problemas estructurales que no se solucionan con iniciativas aisladas. Es importante apostarle a estrategias de prevención y de cambio social orientadas a la transformación de nuestra sociedad (generar nuevos patrones igualitarios y no violentos de ser hombre y ser mujer), de atención (la respuesta a la ciudadanía –y en especial a las mujeres- tiene que ser inmediata y efectiva pues no hacerlo tiene costos vitales, sociales y económicos) y de acabar con la impunidad que existe, sobre todo en casos de violencia contra las mujeres.

 

Más información sobre Violencia de Género en PNUD: AQUI

 

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Más Información sobre marchas «Ni Una Menos»: http://niunamenos.com.ar/

 

Más información:

 

·        http://www.lanacion.com.ar/1948483-ni-una-menos-miles-de-mujeres-se-concentran-en-el-obelisco-en-contra-de-los-femicidios

·        http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-312158-2016-10-19.html

·        http://www.latercera.com/noticia/campana-niunamenos-se-toma-las-redes-sociales/

·        http://edition.cnn.com/videos/spanish/2016/10/18/cnnee-original-digital-paro-de-mujeres-argentina-ni-una-menos-feminicidio.cnn

·        http://cnnespanol.cnn.com/video/cnnee-original-digital-paro-de-mujeres-argentina-ni-una-menos-feminicidio/

·        https://twitter.com/hashtag/niunamenos?lang=es

·        https://twitter.com/search?q=%23MIERCOLESnegro