De los más de 1.300 millones de personas que viven en situación de pobreza multidimensional, más de dos tercios — 886 millones—viven en países de renta media.

Nueva York, 11 de julio de 2019. – El concepto tradicional de pobreza resulta obsoleto, según un nuevo informe presentado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, en inglés). Los nuevos datos demuestran con mayor claridad que nunca que etiquetar a los países —incluso a los hogares— como ricos y pobres conlleva una simplificación excesiva.

Nueva York, 11 de julio de 2019. – El concepto tradicional de pobreza resulta obsoleto, según un nuevo informe presentado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, en inglés). Los nuevos datos demuestran con mayor claridad que nunca que etiquetar a los países —incluso a los hogares— como ricos y pobres conlleva una simplificación excesiva.

Las conclusiones del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) de 2019 arrojan luz sobre las disparidades en cómo las personas experimentan la pobreza, revelando grandes desigualdades entre países y entre quienes se encuentran en situación de pobreza.

“Para combatir la pobreza necesitamos saber dónde viven las personas pobres. No están distribuidas uniformemente en cada país, ni siquiera dentro los hogares”, explica el Administrador del PNUD, Achim Steiner. “El Índice global de Pobreza Multidimensional de2019 ofrece la información detallada que necesitan los responsables políticos para elaborar políticas mejor dirigidas y más efectivas”.

El IPM va más allá de los ingresos como indicador exclusivo de pobreza y mide cómo las personas experimentan la pobreza en su salud, educación y nivel de vida.

Los resultados que revela el IPM de este año muestran que más de dos tercios de las personas en situación de pobreza multidimensional —unos 886 millones— viven en países de renta media. Otros 440 millones viven en países de renta baja. Para ambos grupos, los datos analizados muestran que los promedios a nivel nacional pueden ocultar una enorme desigualdad en los patrones de pobreza de un país.

Por ejemplo, en Uganda el 55 por ciento de la población experimenta pobreza multidimensional, similar al promedio de los países del África subsahariana. Sin embargo, su capital, Kampala, tiene un IPM del seis por ciento, mientras que en la región de Karamoja el índice se dispara hasta el 96 por ciento. Esto significa que distintas partes de Uganda abarcan los extremos de pobreza de toda la región subsahariana.

Existen desigualdades incluso bajo un mismo techo. En Asia meridional, por ejemplo, cerca de una cuarta parte de los niños y niñas menores de cinco años viven en hogares en los que hay al menos un menor desnutrido y otro que no lo está.

“Necesitamos entender las diferentes maneras en las que las personas experimentan las carencias asociadas a la pobreza multidimensional, e incluso, las diferencias que se dan entre las personas que viven en la pobreza. ¿Están desnutridas? ¿Pueden ir a la escuela? Sólo entonces podrán ser eficientes y eficaces las políticas de reducción de la pobreza”, afirma Pedro Conceição, Director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD.

Las desigualdades existen también entre los pobres. De las conclusiones del IPM de 2019, se extrae una visión detallada de las muchas y profundas diferencias existentes respecto a cómo experimentan la pobreza quienes la sufren. Las carencias entre los pobres varían enormemente: en general, un valor alto del IPM va de la mano con una mayor variación en la intensidad de la pobreza.

Asimismo, los resultados muestran que los niños y niñas sufren la pobreza más intensamente que los adultos y tienen más probabilidades de sufrir carencias en los 10 indicadores del IPM al no tener acceso a servicios esenciales como agua limpia, saneamiento, una nutrición adecuada o educación primaria.

Resulta incluso más impactante que, a nivel mundial, uno de cada tres menores de edad sea pobre multidimensional, comparado con uno de cada seis adultos. Esto quiere decir que casi la mitad de las personas en situación de pobreza multidimensional —663 millones— son niños y niñas, y de entre estos, los más pequeños son quienes más la sufren.

Pero los nuevos datos también muestran una tendencia positiva: los más rezagados son los que más rápido están progresando.

“Estudiamos los datos de un grupo de diez países de renta media y baja y obtuvimos resultados esperanzadores, ya que el 40 por ciento más pobre de la población ha avanzado más rápido que el resto”, señala Sabina Alkire, Directora de OPHI. “Una tendencia en favor de los pobres que reduce las desigualdades en varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Los datos de estos diez países señalan que 270 millones de personas salieron de la pobreza multidimensional en el tiempo transcurrido entre las dos encuestas comparadas. Esta mejoría se debe fundamentalmente al progreso en Asia meridional: en India había 271 millones menos de pobres en 2016 que en 2006, mientras que, en Bangladesh, entre 2004 y 2014, el número de pobres disminuyó en 19 millones. En otros países la reducción absoluta fue menor o no existió, ya que aumentó en 28 millones en los tres países africanos analizados. Esto se debió, en parte, al rápido crecimiento demográfico, que superó los avances en la reducción de la pobreza. De hecho, la tasa de pobreza (como porcentaje de la población) bajó en la mayoría de los países.

El IPM de 2019 ofrece un mapa detallado de la pobreza en 101 países y 1.119 regiones a nivel subnacional, y abarca al 76 por ciento de la población mundial, yendo más allá de la medición simple basada en los ingresos para conocer la manera en que las personas viven realmente la pobreza cada día.

 

Pueden encontrar todos los datos en: http://hdr.undp.org/en/2019-MPI