El cambio climático es consecuencia del calentamiento global que estamos viviendo, y que en gran medida está siendo producido por la emisión de dióxido de carbono y otros gases invernadero hacia la atmósfera, alterando su composición. Estos gases son emitidos por procesos industriales, quema de combustibles de origen fósil (petróleo, carbón y gas natural) y cambios en el uso de los suelos, como la deforestación y relacionado directamente con las fuentes de energía. Este proceso está directamente relacionado con el desarrollo, los actuales modelos de desarrollo están marcando no sólo la vida de las personas, sino también el futuro del planeta, por ello debemos centrarnos además de en las condiciones de vida de las personas, en el uso, acceso y control de los recursos, la gestión ambiental y el respeto hacia nuestro ecosistema.

Hay dos causas claras del Cambio Climático, la generación de energía “sucia” y el cambio de uso del suelo, y existen a su vez múltiples efectos relacionados con el aumento de la temperatura que afectan directamente a las personas sobre todo en la salud (aumento de temperaturas, epidemias…) pero quizá lo más preocupante son los efectos indirectos del cambio climático sobre las personas, debidos a los efectos directos sobre el medio ambiente: la pérdida de biodiversidad y escasez de alimentos y recursos, incremento de eventos climáticos supone menos alimentos para las personas, más dificultad de acceso al agua, mayor vulnerabilidad ante eventos climáticos y por ende un detrimento en la calidad de vida de las personas.

Abordar, tanto las causas, como mitigar los efectos implica una lectura multicausal que no puede dejar de lado la perspectiva de género. El acceso desigual a los recursos naturales, que se verá todavía más dificultado, parte de la situación actual donde las mujeres en su mayoría no acceden ni controlan los recursos (no participan en las empresas energéticas, son usuarias de energía pero no participan en las decisiones, no son propietarias de la tierra, acceden con dificultad al recurso hídrico pero no deciden sobre él, son las responsables de la alimentación pero son las que mayores niveles de desnutrición sufren, etc)

Es necesario identificar claramente los vínculos tanto en las causas, como en los efectos, de estos ámbitos con las desigualdades de género, que permitan establecer acciones que no sólo mejoren las condiciones de vida de las mujeres (que son actualmente peores que las de los hombres) sino que supongan una mejora en su posición y en el acceso y control de los recursos y en la toma de decisiones.

Algunos mensajes clave:

  • El cambio climático afecta tanto a hombres como mujeres pero las desigualdades existentes determinan a quiénes impactan más los desastres.
  • Hombres y mujeres tienen necesidades e intereses diferentes en cuanto a los esfuerzos de adaptación.
  • Las estrategias de adaptación para el cambio climático serán más efectivas si se adoptan en un proceso de toma de decisiones en el que todas las partes involucradas participen. La participación plena y efectiva de las mujeres es primordial si se quieren utilizar de manera efectiva sus conocimientos y experiencia.
  • Las mujeres están prácticamente ausentes en el diálogo internacional sobre mitigación;
  • En cuanto a fuentes de energía limpia y tecnología, no se puede subestimar el papel de las mujeres, por cuanto son las principales responsables de asegurar el suministro y la seguridad energética de sus hogares;

 

(UICN, PNUD, GGCA, 2009)
 
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