La violencia contra la mujer debe ser abordada sin demora con una visión integral, como lo establece la Agenda 2030, reconociendo la raíz del problema en las desigualdades de género. Foto: Cortesía de Lorena Espinoza para PNUD R. D.

 

Las desigualdades entre mujeres y hombres se han ido reduciendo, y varían de acuerdo a las culturas y países, pero no han dejado de existir. Datos estadísticos de nuestro país nos muestran que, a pesar de algunos avances, todavía las mujeres tienen menos oportunidades de acceso a los trabajos remunerados y a puestos de toma de decisión. Las mujeres dedican tres veces más horas[1] que los hombres a trabajos por los que no reciben ninguna remuneración ni reconocimiento, y son las mujeres, casi exclusivamente, las responsables de que todas las personas  sean atendidas y cuidadas en todo su ciclo de vida.  La mortalidad materna aún es elevada, y el embarazo en adolescente constituye un desafío para el desarrollo[2].

Un efecto grave de la desigualdad, que no conoce límites económicos, geográficos o culturales es la violencia contra la mujer. Esta desigualdad constituye un atentado contra el derecho a la vida, la seguridad ciudadana, la libertad, la dignidad y la integridad física y psicológica de las mujeres víctimas y sus familias.  El precio más alto que pagan las mujeres por causa de la violencia es su propia vida. El feminicidio[3] corresponde a una larga cadena de maltratos y agresiones provocados en la mayoría de los casos por parejas o exparejas[4] de las víctimas, atravesando varios tipos de violencia.

La República Dominicana se encuentra entre los cinco países de América Latina con la tasa más elevada de feminicidios, y el de la tasa más elevada de feminicidios íntimos[5]. Los feminicidios representan la mitad de las muertes violentas de mujeres, y mientras la tasa general de homicidios de hombres se ha reducido de 39.1 a 17.9 de 2011 a 2018, la tasa general de homicidios de mujeres sólo se ha reducido un 1.7%. [6].

La violencia contra la mujer debe ser abordada sin demora con una visión integral, como lo establece la Agenda 2030, reconociendo la raíz del problema en las desigualdades de género. Con la eliminación de la violencia hacia las mujeres permitiremos el avance de nuestro mayor recurso para el desarrollo: madres, legisladoras, negociadoras, maestras, doctoras, policías, y muchas más.  Pero, sobre todo debe haber una movilización social donde cada persona asuma su responsabilidad en prevenir y eliminar este flagelo para poder construir una sociedad en la que nadie se quede atrás.

[1] Trabajo No Remunerado en República Dominicana: un análisis a partir del Módulo sobre Uso del Tiempo de la ENHOGAR 2016, Oficina Nacional de Estadística, ONE

[2] Tasa de 34% más alta que el promedio de los países de América Latina, Informe de Desarrollo Humano en República Dominicana, Embarazo en Adolescente: Un Desafío Multidimensional para generar oportunidades en el ciclo de Vida, PNUD República Dominicana 2017

[3] Definición del feminicidio: asesinato de mujeres por razón de su sexo

[4] Ocho de cada diez feminicidios son perpetrados por una pareja intima de la víctima, según datos de la Procuraduría General de la República.

[5] Tasa por cada 100,000 mujeres.  Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL

[6] De 4.7 a 3.0 muertes por cada 100 mil habitantes, medido para ambos sexos en el mismo periodo, Observatorio de Seguridad Ciudadana de República Dominicana, Ministerio de Interior y Policía, Proyecto INFOSEGURA, PNUD/USAID

 

Fuente: https://www.do.undp.org/content/dominican_republic/es/home/blog/2019/la-violencia-contra-las-mujeres–una-desigualdad-insostenible-.html