En 2015, la Asamblea General adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS, colocando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en la centralidad de la Agenda 2030. Los 17 ODS incluyen, entre otros, metas para la eliminación de la pobreza, la promoción de un crecimiento inclusivo y sostenible, el acceso a la justicia, el fin de todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo, la eliminación de todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual, así como la reducción de las desigualdades al interno de los países, asegurando que nadie quede atrás.
En 2015, la Asamblea General adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS, colocando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en la centralidad de la Agenda 2030. Los 17 ODS incluyen, entre otros, metas para la eliminación de la pobreza, la promoción de un crecimiento inclusivo y sostenible, el acceso a la justicia, el fin de todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo, la eliminación de todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual, así como la reducción de las desigualdades al interno de los países, asegurando que nadie quede atrás. Esta nueva visión, implica para el caso de Guatemala el empoderamiento de las mujeres en particular las mujeres indígenas y rurales, y aquellas en situación de mayor vulnerabilidad para el ejercicio de sus derechos y su autonomía económica, física y política, y la toma de las decisiones que afectan su vida, incluidos los derechos sexuales y reproductivos.
Según la CEPAL, la mayoría de las mujeres, adolescentes y niñas en el planeta dedican más del doble de tiempo que los hombres y los niños al trabajo no remunerado, que implica el cuidado del hogar y de los miembros de la familia, tareas relevantes para la sostenibilidad de la vida, pero que coloca a las mujeres en franca desventaja de género limitando su autonomía económica. En promedio las mujeres guatemaltecas trabajan 13 horas diarias, de las cuales 7 son remuneradas y 6 dedicadas al trabajo de cuidados o no remunerado; en tanto que los hombres trabajan 11 horas, de las cuales 8 son remuneradas y 3 dedicadas al trabajo de cuidados (ENEI 2016). En Guatemala, hace falta redistribuir estas tareas de forma equitativa entre hombres y mujeres para impactar positivamente la vida, la salud y las oportunidades de desarrollo de las mujeres.
Para asegurar el empoderamiento económico de las mujeres en un mundo cambiante, se requiere cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres que a nivel global es de un 24%. En Guatemala, por cada Q100 que gana un hombre, una mujer gana Q68 generando una brecha salarial de 32%. Guatemala requiere impulsar una economía inclusiva y con equidad de género en la remuneración.
Estas desigualdades económicas, afectan aún más a las mujeres que fueron forzadas a desplazarse y reconstruir sus vidas lejos de sus comunidades o países de origen, y que por ende cuentan con redes de apoyo más limitadas y que les condiciona a situaciones de mayor vulnerabilidad. Especial interés debe ponerse en la situación de las trabajadoras domésticas de casa particular, (la mayoría migrantes, indígenas, mujeres rurales y jóvenes) ya que, de acuerdo a la ENEI, las y los trabajadores domésticos obtienen en promedio un salario de Q 831 mensuales, aunque el salario mínimo es de Q2,893.21. Además, suelen carecer de condiciones legales de trabajo, dejándolas fuera de la protección laboral y su acceso a la Seguridad Social. Por esta razón, el equipo de Naciones Unidas insta al Congreso de la Republica a ratificar el Convenio 189 de la OIT sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, y así garantizar la igualdad de derechos laborales. En este 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, el Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala valora la lucha y la contribución económica de las mujeres, así como los avances en la institucionalidad vinculada a los Derechos humanos de las mujeres y reitera su compromiso de acompañar al Estado y a la sociedad civil, a profundizar en la implementación de estas agendas para lograr la plena igualdad..
Fuente e imágen: PNUD Guatemala