El mundo anhela que se ponga fin al tremendo sufrimiento humano en Ucrania que está causando el desplazamiento de millones de personas por el conflicto. La situación pone en peligro la seguridad de todos los ucranianos y ucranianas y, al igual que en otros conflictos en otras partes del mundo, hace que particularmente las mujeres y las niñas corran un mayor riesgo de sufrir violencia sexual y de género, sobre todo las refugiadas o desplazadas de sus hogares. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha sumado a la respuesta de todo el sistema de las Naciones Unidas en apoyo de las personas afectadas por el conflicto, tanto dentro de Ucrania como en los países vecinos que reciben refugiados. En Ucrania, al igual que en muchos otros contextos de crisis y conflicto, desde el Afganistán y el Sahel hasta Myanmar y el Yemen, el aumento de la participación plena, equitativa y significativa de las mujeres en las iniciativas de establecimiento de la paz, prevención de conflictos y consolidación de la paz es crucial para encontrar soluciones duraderas.
Este enfoque también es válido para dar respuesta al cambio climático y la degradación del medio ambiente, así como para fomentar la reducción del riesgo de desastres, que es el tema del período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de este año. Las mujeres desempeñan un papel crucial en los sectores del clima y el medio ambiente y a menudo están a la vanguardia de las estrategias de gestión de los recursos naturales. Por ello, resultan fundamentales para buscar y aplicar soluciones eficaces y sostenibles. Sin embargo, la degradación del medio ambiente y el aumento de la competencia por los escasos recursos están exacerbando el riesgo de la violencia de género, mientras que las defensoras de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente, incluidas las mujeres indígenas, se enfrentan a menudo a las amenazas y la violencia. El Global Report on Gender Equality in Public Administration (informe mundial sobre la igualdad de género en la administración pública), redactado por el PNUD y la Universidad de Pittsburgh, muestra que, aunque las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada por las crisis del clima y del medio ambiente, siguen limitadas por un techo de cristal que les impide avanzar hasta los niveles más altos de liderazgo en la protección del medio ambiente y la acción climática. Así pues, la participación de las mujeres en los ministerios de protección del medio ambiente es en promedio del 33 % en todo el mundo y la paridad en la toma de decisiones sobre estas cuestiones críticas es notablemente inusual.
Sin embargo, el cambio es posible. La iniciativa Climate Promise del PNUD está ayudando actualmente a 120 países a mejorar sus compromisos climáticos, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés). Estas NDC son medios importantes para avanzar no solo en relación con el desarrollo sostenible, sino también con la igualdad de género. En todo el mundo, más de 110.000 personas han participado en consultas con las partes interesadas en las NDC y, en muchos casos, las mujeres encabezan el proceso. El 96 % de las NDC de segunda generación apoyadas por la Climate Promise de las NDC de primera generación. Otro ejemplo es Feminist Action for Climate Justice Action Coalition (la coalición de acción feminista en favor de la justicia climática), codirigida por el PNUD y un consorcio de socios, cuyo objetivo es acelerar los avances en materia de justicia climática e igualdad de género en los próximos cinco años. Tenemos que basarnos en estos esfuerzos para impulsar agendas ambientales y climáticas más ambiciosas que tengan en cuenta las cuestiones de género. En particular, deben contemplar las necesidades y perspectivas únicas de las mujeres y promover activamente su participación y liderazgo. También deben hacer que la financiación para el clima y el medio ambiente se ponga al servicio de las mujeres. Impulsar este cambio puede tener un efecto dominó. Las investigaciones (en inglés) muestran, por ejemplo, que los países con una alta representación de mujeres en los parlamentos tienen más probabilidades de ratificar los tratados internacionales sobre medio ambiente que el mundo necesita ahora.
Guiado por los Objetivos Mundiales, nuestro nuevo Plan Estratégico 2022-2025 y nuestra futura Estrategia de Igualdad de Género 2022-2025, el PNUD continuará esforzándose constantemente por hacer realidad la #GeneraciónIgualdad. El propio PNUD está cambiando y ahora ha alcanzado el mismo porcentaje de mujeres que de hombres en su plantilla. Sabemos que un futuro sostenible, verde y equitativo para todas las personas no es posible sin igualdad de género. Basándose en los datos y los análisis proporcionados por recursos como el COVID-19 Gender Response Tracker (rastreador global de respuestas de género de la COVID-19), ahora los países deben situar a las mujeres y a las niñas -y sus necesidades- en el centro de la creciente recuperación verde. Esto incluye nuevas políticas que aborden la seguridad económica y social de las mujeres, incluido el trabajo de cuidados no remunerado, el mercado de trabajo, la violencia contra las mujeres y las repercusiones del cambio climático y la degradación del medio ambiente en las mujeres y las niñas. De algo estamos seguros: crear un mundo más igualitario hoy creará las condiciones para un mañana más sostenible.