Proyecto interagencial busca promover la autonomía y los derechos de las mujeres indígenas en Chiapas, y contribuir a una mejor recuperación de sus comunidades frente a la pandemia
Ciudad de México, a 03 de noviembre de 2021.- La representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl; el representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, Lorenzo Jiménez de Luis; firmaron un acuerdo de colaboración para la implementación del proyecto “Resiliencia de las mujeres indígenas y rurales a los impactos de la COVID-19”, con el fin de impulsar el empoderamiento económico, el acceso a la justicia y la seguridad alimentaria de las mujeres indígenas en Chiapas. El coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en México, Peter Grohmann, participó como testigo de honor.
En su participación, Lina Pohl, Representante de la FAO México, subrayó que a pesar de que la región de Latinoamérica ofrece una vasta agrobiodiversidad, también es la región más cara para tener una dieta saludable y sostenible, añadió: “En Chiapas hay hambre, sobrepeso y obesidad, y desde la FAO en México queremos contribuir a la seguridad alimentaria desde la producción hasta el consumo, para acercar alimentos nutritivos a las comunidades que más lo necesitan”.
Asimismo, comentó que la pandemia afectó en mayor medida a la población rural, por ello, trabajar con la población rural y con las mujeres era esencial, ya que menos del 3% de las jornaleras agrícolas del país cuentan con un contrato de trabajo, lo que las hace aún más vulnerables por la imposibilidad de tener acceso al sistema de protección social, comentó la Representante de la FAO
Por su parte, el representante residente del PNUD resaltó que el proyecto forma parte del Mecanismo de Respuesta Rápida del PNUD, el cual busca mejorar las condiciones de las personas que hayan podido verse afectados por la pandemia.
“El proyecto busca dignificar la vida de las mujeres mexicanas que han resultado más vulnerables a los impactos de la COVID-19, sobre todo en el ámbito rural. Las mujeres indígenas han resentido las consecuencias del confinamiento; entre estas la violencia machista, por lo que me enorgullece que, a través de este proyecto, y de la mano de la FAO, se pueda mejorar la vida de las mujeres en las comunidades de Chiapas”, mencionó el Sr. Jiménez de Luis.
El coordinador residente de ONU México señaló: “Es simbólico tener este proyecto de resiliencia para las mujeres indígenas en el marco de la COP26, ya que se combinan los retos de los impactos de la COVID-19 y el cambio climático. Celebro que las agencias trabajen en conjunto ya que estoy seguro de que se generará un impacto positivo en Chiapas.”
Al presentar los objetivos del proyecto, la oficial nacional de género del PNUD, Sol Sánchez, enfatizó: “Desde el PNUD México creemos que no debería ser una condena nacer mujer, indígena y con recursos económicos limitados”. Añadió que con el apoyo adecuado y haciendo alianzas estratégicas se puede mejor la vida de muchas mujeres que quisieran tener el mismo acceso a oportunidades que una mujer no indígena: “Sólo falta abrir las posibilidades para que puedan lograr estos objetivos”, concluyó.
El coordinador del proyecto, Fernando Atristain, presentó el componente que será liderado por la unidad de género de PNUD, el cual busca identificar y abordar situaciones de violencia, lo que les permitirá establecer una red que permita la detección de mujeres y niñas en situaciones de violencia; también, desarrollar un modelo de referencia y guiar a las mujeres para que reciban la atención interdisciplinaria que ofrece el gobierno.
La oficial nacional de desarrollo social y económico del PNUD, Cynthia Martínez, presentó el segundo componente del proyecto, el cual tiene por objetivo aumentar la salud financiera y resiliencia de las mujeres beneficiadas, para lo cual se les brindará educación financiera y se buscará crear grupos de ahorro solidario.
Finalmente, la especialista en política públicas de sistemas alimentarios y coordinación intersectorial para FAO en México, Karina Sánchez, mencionó que el tercer componente del proyecto contribuirá a garantizar la seguridad alimentaria de las mujeres y sus familias, para lo cual, la FAO brindará talleres con perspectiva de género y capacitaciones sobre cadenas de valor sensibles al género, para ayudarlas a llevar sus productos al mercado.