La pandemia mundial de COVID-19 propició que 2020 fuera un año insólito. Debido a los confinamientos nacionales, las restricciones de movilidad y el cierre o la limitación de los servicios sanitarios y de apoyo, la violencia contra las mujeres y las niñas aumentó a un ritmo abrumador. El 5 de abril de 2020, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dio la voz de alarma e instó a los Gobiernos a garantizar planes de respuesta nacionales ante la COVID-19, incluidas la prevención y la reparación de la violencia de género. Más de 140 países respondieron a esta llamada. No obstante, a pesar de la inquietud mundial y la evidencia cada vez mayor de la gravedad de la situación, la crisis de la violencia contra las mujeres y las niñas se intensificó.

La Iniciativa Spotlight estaba preparada para actuar. En el tercer año de operaciones, nuestra amplia base de asociaciones nos ayudó a identificar rápidamente nuevas formas de trabajar con el fin de obtener resultados para las mujeres y las niñas. Nuestros esfuerzos conjuntos y coordinados entre las diferentes entidades de las Naciones Unidas nos permitieron adaptarnos y responder con mayor rapidez, así como reestructurar los programas según fuera necesario. Tuvimos la flexibilidad necesaria para transferir fondos a organizaciones locales y de base de mujeres que trabajan en primera línea. Contamos con la experiencia y las relaciones necesarias para influir en la respuesta nacional de intervención y de recuperación ante la COVID-19, así como para garantizar que se estaba abordando la violencia contra las mujeres y las niñas.