El Plan de Participación Pública (PPP) del Programa Nacional Conjunto, PNC, ONU-REDD Panamá, diseñado por la Autoridad Nacional de Ambiente de Panamá, ANAM y las Agencias del Sistema de Naciones Unidas, PNUD, FAO y PNUMA, ha sido implementado desde el 2013 y hasta la fecha. Para el diseño de este PPP las Agencias del Sistema de Naciones Unidas generaron un proceso denominado «escucha activa» donde el centro son los actores clave, se hicieron 4, pero faltaba uno…mujeres 2015.

 

 

El Plan de Participación Pública (PPP) del Programa Nacional Conjunto, PNC, ONU-REDD Panamá, diseñado por la Autoridad Nacional de Ambiente de Panamá, ANAM y las Agencias del Sistema de Naciones Unidas, PNUD, FAO y PNUMA, ha sido implementado desde el 2013 y hasta la fecha. Para el diseño de este PPP las Agencias del Sistema de Naciones Unidas generaron un proceso denominado «escucha activa» donde el centro son los actores clave, se hicieron 4, pero faltaba uno…mujeres 2015.

Los procesos de lo que se denominaron canales de escucha (Consultar canales) fueron desarrollados buscando una participación equitativa pero sin destacar o diferenciar las relaciones entre mujeres y hombres, o resaltar los papeles diferenciados. Sin embargo, durante los talleres, y de forma natural se destacó la importancia que las mujeres indígenas, afrodescendientes y campesinas tienen en la conservación, gestión y uso sostenible del territorio y los recursos naturales; «que tiene como corolario un interés y una proactividad destacada en las acciones que tengan que ver con el cuidado, valoración y recuperación del bosque que son los elementos que definen a REDD+»

A raíz de esta identificación se planteó la necesidad de contar con un «5° Canal» que diera voz a las mujeres desde su visión, sus roles y sus necesidades en relación al bosque, e identificar si estos tres elementos son diferentes a los de los hombres y desde su sentir qué insumos deben incluirse en la Estrategia Nacional REDD+.

Para la concreción de este 5° Canal se realizaron dos talleres, uno en la región de Darién y otro en la región de Chiriquí, con un total de 42 mujeres, durante el mes de mayo de 2015, procedentes de pueblos originarios, campesinas y afrodescendientes, todas ellas con una relación directa con el bosque.

De estos dos talleres salieron tres ideas centrales:

Los roles tradicionales se reproducen en ambos casos, las mujeres dedicadas a tareas reproductivas mientras que los hombres son los proveedores de los hogares, y lo mismo en el caso de campesinas, afrodescendientes e indígenas. Las mujeres asumen estos roles pero lo viven como algo «injusto» aunque no toman posiciones beligerantes en este sentido.

La participación y toma de decisiones de las mujeres es muy limitada, sobre todo en el caso de las mujeres indígenas, y una de las mayores brechas que se identifican. Aunque es un sentimiento conjunto y salió en ambos talleres se aprecian diferencias entre las dos zonas en cuanto a la necesidad sentida de que se las deja o no participar.

La visión de mujeres y hombres del bosque y de la tierra es diferente y muy marcada por sus roles de género y las necesidades prácticas. Los hombres lo visibilizan como una forma de ingresos y relacionada directamente con su construcción de la masculinidad la «posesión, el tumbar el bosque» es lo que les hace «hombres» mientras que las mujeres asumen su rol de «protectoras de la naturaleza» asociado al cuido de los hijos, los compañeros, etc… y muy relacionado con sus necesidades prácticas, el bosque supone comida, agua, vestido y todo lo que necesitan para la vida. Estos roles además les confieren saberes diferentes y relacionados con sus actividades.

De este proceso y sus resultados se pueden obtener algunas lecciones aprendidas y propuestas:

• Procesos específicos con ellas son muy bien valorados, la sensación de que se les da voz, y su voz es importante para ellas y así lo manifiestan. Al ser la participación en espacios públicos tan limitadas para algunas de ellas esta oportunidad en sí misma es ya un avance. Es importante que las mujeres cuenten con sus propios espacios, aunque también participen en los espacios mixtos, la convocatoria de estos espacios también es importante, por ello se sugiere que se convoque a mujeres diversas pero que tengan relación directa con el bosque. Mujeres con conciencia de género pero también las que no la tienen, y la diversidad etaria y étnica también es importante.

• Para REDD el proceso en sí de escucha de los actores, y en concreto de escucha de las mujeres, es clave si se quieren tomar medidas en la estrategia que no aumenten las brechas de género identificadas, y más aún si el interés es contribuir a reducirlas, las mujeres manifiestan claramente qué medidas son prioritarias para ellas y cómo les afectan. A modo de propuesta, es necesario en la Estrategia Nacional que las medidas que se adopten sean validadas por las propias mujeres

• El tema de igualdad de género no es un tema que se hable explícitamente por las mujeres, a no ser que sean parte de una asociación de mujeres, tiene que ser dialogado de forma consciente y provocar el debate apropósito, sino quedará invisibilizado.

• Aunque por las limitantes de tiempos los talleres se realizaron sólo con mujeres, para PNUD es importante remarcar que la Igualdad de género es la igualdad en las relaciones entre mujeres y hombres, por lo que se recomienda que se realicen talleres similares sólo con hombres que permitan tener la visión conjunta de ambos.

• Es necesario contar con un mecanismo legitimado por todos los actores para que los aportes relacionados con el tema de género que hacen las propias mujeres, primero sean analizados en esa clave y luego sean tomados como insumos, el que la Institución rectora asuma los mensajes es clave.

 

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