Panamá 22 de febrero de 2022. La pandemia por COVID19, si bien ha tenido impactos masivos en toda la población, sus efectos se han concentrado – aún más, en grupos con mayores situaciones de vulnerabilidad, como las mujeres. Las mujeres que vivían en peores condiciones socioeconómicas, en lugares alejados geográficamente de servicios básicos o en condiciones de especial vulnerabilidad; como ser migrantes, tener o ser responsable por algún miembro de la familia con discapacidad, estar privada de libertad o ser una mujer trans – son las más afectadas.
Hoy el PNUD presenta los resultados del Estudio cualitativo sobre el impacto de la crisis del COVID19 en las mujeres de Panamá, con énfasis en su diversidad; una investigación realizada desde las voces de las mujeres. El documento compila testimonios de como afrontan la crisis, desde sus inicios – bajo confinamiento, hasta los desafíos de cuidados en el hogar, acompañamiento en el proceso de educación virtual y el retorno al trabajo formal, para las que aún lo conservan.
“Regularmente, el crecimiento económico del país y la mejora en los ingresos se consideró como indicadores de éxito y bienestar, sin embargo, para no dejar a nadie atrás se debe prestar atención al crecimiento del sector informal y a la importancia de incorporar a estas personas a los sistemas de protección social. La pandemia llegó sin haber logrado un acceso universal a los servicios públicos de calidad. Ahora tenemos el desafío de diseñar nuevos programas sociales inclusivos y solidarios, en un contexto de recuperación que garantice el cierre de brechas” señala María del Carmen Sacasa, representante residente del PNUD en Panamá.
La crisis del coronavirus también tuvo su impacto sobre la disponibilidad de datos oportunos para la toma de decisiones basadas en evidencia. La Encuesta COVID19, parte del estudio, ha permitido realizar una serie de análisis, a fin de conocer la situación de las mujeres panameñas durante el confinamiento. Los resultados no solo permiten tomar acciones de políticas públicas para los actuales impactos, sino anticiparnos antes futuras crisis para estar mejor preparados, tomando en cuenta las especificidades de cada grupo de la población.
A la crisis del COVID19 se agrega las medidas de contención del virus que impactaron directamente en las mujeres, como las medidas de restricción de salida y en otros casos, el miedo propio de las personas al contagio, principalmente en hospitales y centros destinados a brindar salud, donde un alto porcentaje de la fuerza laboral son mujeres.
También se hizo evidente la debilidad del sistema de protección social que principalmente estaba orientado a las personas trabajando en el sector formal. Esta segmentación deja a gran parte de la población no cubierta ante los riesgos y amenazas en su calidad de vida. “La recuperación y los nuevos planes de desarrollo requieren repensar la protección social en nuestra región” reitera la señora Sacasa.
Para logara la Agenda de Desarrollo Sostenible al 2030 requerimos tener una mirada interseccional de las condiciones de desarrollo de los países y su población. Es clave, en la adopción de decisiones, contar con las voces de la población representada en la mayor diversidad posibles, y más aún ante este tipo de crisis multidimensionales que impactan la vida de las personas de maneras muy diferenciadas en función de cuál era su situación de partida.
La promoción de la igualdad de género y el empoderamiento económico y político de las mujeres son aspectos centrales al PNUD y un principio básico que se aplica de manera transversal en todas sus iniciativas. El PNUD ejecuta programas que fortalecen las capacidades nacionales, apoyando estudios e iniciativas que analicen y brinden soluciones para contribuir a la transversalización de género y reducir las desigualdades entre hombres y mujeres.
Descargar el estudio completo aquí: https://bit.ly/3IcPBen