Entre el 22 y el 25 de noviembre se celebró en Lima, Perú, el 13 encuentro feminista Latinoamericano y del Caribe. Durante 4 días mujeres llegadas de todos los países de la región debaten sobre los temas de «Interculturalidad e Intersectorialidad» a través de diferentes paneles y grupos de discusión. Resultado de los debates se ha elaborado un manifiesto donde se plantean puntos clave y se mantienen aspectos clave como la despenalización del aborto y la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres en su amplia diversidad.
La reunión convocó a 1,500 feministas de los países de ALC donde se reconocieron, aprendieron y disputaron miradas, posicionamientos e interpretaciones que han aportado a la construcción de conocimientos colectivos. Pero también se indicó que quedan pendientes nuevas interrogantes y retos ante los cuales no existe una sola respuesta, lo que evidencia la riqueza de los feminismos de América Latina.
Respecto al horizonte de interculturalidad e interseccionalidad que orientó la reflexión se destacó la diversidad feminista politizada que reconoce las distintas ubicaciones sociales, económicas, culturales, sexuales, geopolíticas y de estrategias, así como las diferencias y desbalances de poder al interior de los feminismos.
En los temas relacionados con sostenibilidad de la vida, la declaración señaló que la relación entre capitalismo, heteropatriarcado y colonialidad ha resuelto el sustento de la vida con la explotación del trabajo de las mujeres a favor de la acumulación de los mercados.
En torno a Cuerpo y Territorio, valoró la variedad de territorios y cuerpos desde donde se construye el discurso y la práctica feminista y reafirmó que ambos son parte central de las luchas feministas. La declaración final también abordó uno de los nudos críticos en este encuentro referido a la identidad de género disidente y a la exigencia de incorporar a personas trans masculinos en los encunetros en tanto sujetos fuera de la mirada dicotómica hombre-mujer; se acordó trabajar un mecanismo que haga posible el desarrollo de un proceso de reflexión cuyas conclusiones se lleven al siguiente encuentro a celebrarse en Uruguay.
Además de lo señalado, el cónclave feminista reconoció otros nudos y retos ante los cuales declaró su compromiso de trabajar por la erradicación de la criminalización de sus decisiones, cuerpos y sexualidad, y por la despenalización del aborto y la libertad de las mujeres presas por realizar esta práctica como ocurre con las 17 en El Salvador; se solidarizó con las mexicanas que denuncian la desaparición forzada y el feminicidio y con todas las que en la región de ALC sufren persecución por el ejercicio de esta lucha; asumió como suya la causa de la campaña Agua sí Oro no de las mujeres de Cajamarca-Perù y denunció la utilización del cuerpo femenino como territorio de guerra en el conflicto en Colombia y demandó que las feministas tengan presencia protagónica en el proceso de dialogo y construcción de paz en dicho país.
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