Marzo, 2016. La Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, organización de la sociedad civil de Argentina pionera en la construcción de una comunicación inclusiva y no sexista, abrió un nuevo espacio de asesoramiento a empresas e instituciones.Comunicación para la Igualdad brega desde el año 2005 por la democratización de la comunicación desde un punto de vista de género, fundamentalmente desde el ámbito del periodismo, tarea por la que sus integrantes han sido reconocidas en Argentina y América Latina.

 

 

Marzo, 2016. Por Sandra Chaher. La Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, organización de la sociedad civil de Argentina pionera en la construcción de una comunicación inclusiva y no sexista, abrió un nuevo espacio de asesoramiento a empresas e instituciones. Comunicación para la Igualdad brega desde el año 2005 por la democratización de la comunicación desde un punto de vista de género, fundamentalmente desde el ámbito del periodismo, tarea por la que sus integrantes han sido reconocidas en Argentina y América Latina.

Con este nuevo proyecto, el objetivo de la organización es incidir en la construcción de la comunicación interna y externa de empresas e instituciones, a sabiendas de que el marco normativo de derechos a nivel nacional y regional, y la conciencia y sensibilidad de la ciudadanía hacia las discriminaciones y desigualdades por razones de género, impulsan una transformación inevitable en las imágenes corporativas.

«Empezamos a pensar en la necesidad de un espacio de este tipo a partir de la existencia en Argentina de un nuevo marco normativo vinculado a temas de género en la comunicación desde el año 2009» señala Sandra Chaher, Licenciada en Comunicación Social, periodista y especialista en comunicación y género, presidenta de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad. «Ese marco normativo es acorde a las convenciones regionales e internacionales de derechos humanos que hablan de la necesidad de eliminar los patrones estereotipados de conducta y la violencia simbólica de la cultura y la sociedad, y la comunicación es uno de los ámbitos fundamentales en los que pueden tanto reproducirse las desigualdades como promoverse patrones más igualitarios de conducta.»

-¿Cree que empresas e instituciones están interesadas en avanzar hacia una comunicación no discriminatoria?

Creo que el motor de esta transformación son las personas, tanto las que trabajan dentro de las empresas como las que consumen los servicios o productos que las empresas e instituciones ofrecen. Y lo que venimos observando hace tiempo es una sensibilidad y conciencia cada vez mayor en las ciudadanías, sobre todo a partir de su expresión en las redes sociales, de descontento con las piezas comunicacionales sexistas o estereotipadas. A la vez nos llegan, informalmente, mensajes de descontento con piezas de comunicación interna de las empresas –newsletters, promociones, etc- que también reproducen mensajes estereotipados como mujeres a cargo fundamentalmente de tareas de cuidado, o destacadas por sus cuerpos, o la poca diversidad familiar que hoy muestran los anuncios.

-¿Cuál cree que es el rol de empresas e instituciones públicas y privadas en la transformación de los estereotipos culturales y sociales de género tradicionales?

Creo que la comunicación, así como la educación, son dos ámbitos centrales para la prevención de las desigualdades, y por tanto de las violencias. Ya que la violencia es una forma de intentar detener las expresiones de igualdad. En este sentido, todo lo que pueda construirse desde la comunicación es central porque influye en la forma en que miramos el mundo y, por tanto, en nuestras acciones. Si estamos rodeadas y rodeados de un entorno que nos dice que las mujeres deben ser fundamentalmente valoradas por su belleza y su cuerpo, que las tareas que mejor realizan son el cuidado de niñas y niños, que no son hábiles para dirigir empresas o países; y que los varones en cambio sí lo son, y deben destinar el 90% de su tiempo a eso; pero no cualquier varón, sino aquellos que no sean gays, ni frágiles, ni emotivos, ya que toda su energía debe estar fundamentalmente destinada a la tarea productiva, entonces vamos a creer que así es como debe funcionar el mundo. Si, en cambio, la publicidad, el cine, el periodismo, nos cuentan que las mujeres somos capaces, y llevamos muy bien, las tareas de liderazgo, y que esto es así más allá de la orientación sexual que tengamos; y que también una mujer trans puede ser una buena lideresa; y que los varones, más allá de su orientación sexual, pueden ser amorosos padres y compañeros, es altamente probable que creamos que esto es así y vayamos lentamente desarmando los prejuicios que tenemos y que ciertamente hacen infelices a muchas personas. Es central en el mundo en que vivimos garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas más allá de su identidad de género, orientación sexual, raza, religión u otras características que puedan ser fuente de discriminación.

-Si tuviera delante a una o un responsable de la comunicación de una gran empresa o institución, ¿qué le diría para convencerla/o de la importancia de generar una comunicación no sexista?

Le diría que sus empleadas y empleados, y la sociedad en general, están mirando lo que hace. Que si bien es cierto que aún hay personas que se afirman en conceptos machistas, cada vez son menos y representan lo arcaico y antiguo de nuestras sociedades. Que tanto la normativa sobre derechos humanos, como la sensibilidad social, van hacia la ampliación de los derechos humanos, la igualdad de género y la diversidad y que, por tanto, quienes no se suban al tren, se quedarán en un tiempo viejo. Y creo que a las empresas les importa estar a la vanguardia, además de colaborar en una mejora del clima laboral, ya que si las personas se sienten integradas responden mejor, tanto como empleadas/os que como consumidoras/es.

Más información: http://www.comunicarigualdad.com.ar/empresas/