La experiencia pretende incidir en nuevos modelos de atención integral a víctimas de la violencia. Da apoyo físico, psicológico y jurídico-social como medio de reparación, restitución y exigibilidad de los derechos de las mujeres, y responde a la urgencia de salvaguardar la integridad personal. Uno de sus objetivos es desnaturalizar la violencia contra las mujeres, contribuyendo con ello a la construcción de una sociedad más equitativa y justa. Las intervenciones realizadas buscan romper los roles y estereotipos de género causantes de la violencia intrafamiliar. La Casa se ha convertido en un referente local y nacional para establecer los Centros de Equidad y Justicia de Quito, los Centros de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, y para los organismos que trabajan en atención a personas que sufren situaciones de violencia intrafamiliar.
Necesidades: Las mujeres víctimas de la violencia, sus hijas e hijos, con frecuencia se ven obligados a abandonar sus hogares. El apoyo legal brindado por las instituciones públicas en estos casos es insuficiente. Se requería un espacio de acogida en el que las mujeres pudieran sentirse protegidas y recibieran además apoyo psicológico y social. Precondiciones: 1. Tener un equipo técnico completo (psicóloga, abogada, trabajadora social y psicóloga infantil). 2. Disponer de una infraestructura adecuada. 3. Contar con una metodología de atención a las mujeres víctimas de la violencia de género. 4. Tener financiación. 5. Intervenir con procesos de autocuidado para el equipo que trabaja en la atención a las mujeres víctimas. Logros: 1. Tal y como dice la Misión fundacional e institucional de la Casa: «Dejar una huella en la vida de mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes removiendo actitudes y costumbres violentas, mediante el rescate del afecto y la construcción de relaciones más equitativas y humanas». 2. Empoderamiento de las mujeres. 3. Exigibilidad y restitución de derechos. 4. Reparación emocional. 5. Sensibilización en Violencia contra las Mujeres. 6. En el ámbito institucional, la Casa de Refugio es un referente de atención a mujeres víctimas y supervivientes de violencia de género a nivel local y nacional. 7. Impulsamos la formación de la Red RAP VIF-SUR (Red de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar del Sur de Quito). ¿Cómo se logró?: Cada familia que utiliza la Casa alcanza algo que responde a sus demandas y procesos propios. Para conseguirlo: 1. Es importante respetar las decisiones individuales de las mujeres. 2. Hay que acompañar a cada una ellas, a sus hijos e hijas, con la finalidad de apoyar su propio proceso. 3. El trabajo está enfocado a la autonomía y empoderamiento personal de las mujeres. 4. Se desarrolla un trabajo interdisciplinario, con enfoque de derechos, humano, laico y de género. ¿Quiénes lo hicieron posible?: La creación de la Casa de refugio Matilde contó con el apoyo del Centro Ecuatoriano Para la Promoción y Acción de la Mujer (CEPAM) y del Ministerio de Bienestar Social, hoy Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Fortalezas y debilidades: Fortalezas ▪ Disponer de una infraestructura propia (un edificio). ▪ Contar con un equipo básico de trabajo. ▪ Haber desarrollado una metodología de atención e intervención. Debilidades ▪ Falta de financiación permanente. ▪ Las necesidades de las usuarias son siempre mayores que los recursos disponibles. ▪ Los obstáculos en el ámbito legal y social limitan el ejercicio de los derechos de las usuarias. ¿Qué aprendimos?: ▪ La importancia de trabajar en la prevención de la Violencia Intrafamiliar rompiendo los estereotipos de género. ▪ A pesar de los avances habidos en lo jurídico y en los servicios de atención a las mujeres víctimas, es necesario incidir para implementar nuevas políticas públicas y reformas legales que eliminen las concepciones machistas y discriminatorias que aún subsisten. |
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