En la sub-región de Mesoamérica la seguridad ciudadana continúa siendo un enorme desafío. El Seminario Regional Políticas de Seguridad Ciudadana en América Latina y el Caribe contribuirá a la reflexión sobre nuevos modelos para la construcción de políticas integrales nacionales de seguridad ciudadana a través del intercambio y la sistematización de buenas prácticas.
Representantes gubernamentales de países de Mesoamérica, representantes de la sociedad civil y actores con destacadas experiencias y prácticas en seguridad ciudadana se reunirán del 30 de noviembre al 1 de diciembre en el Seminario Regional Políticas de Seguridad Ciudadana en América Latina y el Caribe, organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el Centro de Formación de la AECID en Cartagena de Indias, Colombia.
El seminario contribuirá a la reflexión sobre nuevos modelos para la construcción de políticas integrales nacionales de seguridad ciudadana en los países de Mesoamérica, a través del intercambio y la sistematización de buenas prácticas. En él se abordarán temas como son la violencia juvenil relacionada con las pandillas y las maras, el crimen organizado, la violencia contra las mujeres y de género, con el femicidio (o feminicido) como su expresión más radical, la violencia contra las personas migrantes, las políticas de drogas y su impacto en la inseguridad, así como otros aspectos relevantes de la agenda de seguridad ciudadana de la región.
En los últimos años, diversos países han formulado políticas integrales de seguridad ciudadana bajo un paradigma más cercano al concepto de desarrollo humano. Algunos de los casos más recientes son Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala y República Dominicana. Otro avance crucial ha sido la formulación de la Estrategia de Seguridad de Centroamérica (ESCA).
Sin embargo, en la sub-región de Mesoamérica la seguridad ciudadana continúa siendo un enorme desafío, a pesar de las medidas que los gobiernos de la sub-región están emprendiendo. Si bien hay algunas valiosas excepciones donde se han logrado reducir los altos niveles de violencia, la región continúa en la encrucijada. Los esfuerzos de cooperación internacional aunque han logrado algunos éxitos, todavía son insuficientes. Esta reflexión se da en el contexto de la reciente aprobación de los Objetivos Mundiales de Desarrollo Sostenible (ODS), que por primera vez, incluyen un objetivo específico sobre gobernabilidad, paz y seguridad.