El desarrollo sostenible es aquel capaz de satisfacer las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades. Esto supone cuidar del medioambiente y de la biodiversidad, gestionar las condiciones de riesgo pensando en las generaciones presentes y en las futuras, desarrollar un entorno donde puedan atender sus necesidades por igual y generar prácticas de consumo “cuidadoras” de nuestro medioambiente.